domingo, 29 de diciembre de 2013

RESEÑA DE 22/11/63 DE STEPHEN KING.



La lejana e hipotética posibilidad de los viajes en el tiempo siempre nos plantea, de entrada, un amplio abanico de dilemas tremendamente complejos para el pensamiento humano contemporáneo. Las paradojas temporales se multiplican con el solo pensamiento de que pudiera darse algo semejante en nuestra realidad más tangible. Siempre nos vemos, en gran medida, paralizados ante las consecuencias que pudiera acarrear algo tan complejo, ya que nuestras limitaciones imaginarias chocan frontalmente con cada uno de esos escollos que al momento nos impone la comprensión humana del concepto en sí. Pero es innegable que resulta divertido fantasear con todo ese conglomerado y laberíntico universo que podría desatarse de un viaje que sobrepasara esas fronteras espacio-temporales. Siempre y cuando, claro está, esa ilusoria idea esté delimitada por unos márgenes medianamente sencillos y no decidamos complicarnos demasiado, tratando de asimilar conceptos que quizás nos sean por el momento inaccesibles.
 En la presente novela, el maestro King acota ese concepto bajo unas premisas que nos permiten adentrarnos durante algunas horas en un universo que logra romper el tejido del tiempo y el espacio sin que nuestra mente roce demasiado la locura. Establece unas fronteras, limitándose tan sólo a llevarnos de la mano a través de un paseo por tiempos pretéritos, que nos hará más deliciosa la experiencia, sin llevar demasiado lejos todo ese mosaico de planteamientos. Todo queda agradablemente reducido, por tanto, a un espacio temporal muy concreto y a una meta muy clara. Aunque no por ello la consecución de esa meta dejará de estar muy sujeta a las terribles consecuencias de lo que hemos dado en llamar "efecto mariposa". Cada acto de sus crononautas podrá desatar verdaderos huracanes de paradojas en el tejido espacio-temporal, es cierto. Pero esas tormentas no revelarán su fuerza demasiado pronto en la novela y podremos disfrutar plenamente del viaje mientras este dure. 
 King ha elegido una época que sin duda, y como ha dejado claro en varias de sus obras, le resulta particularmente atractiva. De hecho, hay claros guiños a algunas de sus novelas más conocidas, como por ejemplo "Christine". Ese extraño magnetismo con el que dotó al Plymouth Fury del 58 volverá a ejercer, aunque de manera fugaz y durante unas pocas páginas, su misteriosa fuerza sobre nuestras mentes. La orquilla espacio-temporal será fijada desde ese mismo año hasta el sesenta y tres. En este último tendrá lugar el trágico suceso en torno al que girará toda la trama; el asesinato del presidente Kennedy.
 La meta del protagonista, de ese crononauta de King, está suficientemente clara en vista de lo anteriormente dicho y, por tanto, no ahondaré más en todo ello.
 Los personajes del escritor de Bangor siempre destacan, a mi juicio, por lo profundo y real de su construcción. Este caso no será una escepción. King nos hace empatizar de manera tal con sus protagonistas que pronto nos sentimos llevados por sus emociones, llegando incluso a considerarlos muy queridos. Todo lo que le ocurre a este particular crononauta nos hará sentir muy dentro lo que bulle en su interior. 
 La obra está teñida de un sentimentalismo que, sin embargo, no llega nunca a resultar edulcorado para nada. No solo hay cabida en ella para la intriga, el suspense o lo trágico, sino que también notaremos ese halo de ternura que la hará un poco más cercana en ciertos aspectos humanos.
 Una interesante paradoja dentro de la novela, es la extraña circunstancia de que un hombre de nuestros días pueda llegar a encontrar su verdadero hogar en un tiempo pasado donde ni siquiera él existía. Esa tierra pretérita llegará a convertirse en su destino futuro. Allí encontrará a las personas que no pudo hallar en el año 2.011 y todos los anteriores de su antigua vida, donde la senda de la misma corría por un rumbo más comprensible para la cronología de la existencia tal y como la conocemos. Se convertirá en uno más dentro de una comunidad en la que se encuentra a gusto y sentirá con más intensidad que nunca los pequeños placeres de la existencia. Pero la mente del ser humano está algunas veces tristemente programada para acatar un orden muy concreto, que a menudo le aleja de lo que verdaderamente quisiera. Su nueva vida se verá ferozmente azotada en numerosas ocasiones, por tanto,  por la tragedia de lo imposible.
 Poco a poco iremos llegando al culmen de esa carrera en ocasiones frenética que supone el pretender alcanzar algo quizás imposible. Y durante ese proceso iremos disfrutando, asombrándonos y sufriendo con los vaivenes de un curso temporal tan asombroso como repleto de sorpresas.
 Cabe mencionar lo escrupulosamente documentado de la obra. King parece haber hecho un trabajo espléndido a la hora de recabar información con la que construir el escenario de su obra para que todo parezca realmente coherente. Eso sí, dentro, obviamente, del terreno movedizo en el que ha decidido adentrarse. Aunque también debe quedar claro que el autor ha decidido, en algunos casos, y como luego aclarará, mover algunas fichas históricas a su antojo, con el fin de que su historia pueda ser construida tal y como a él le interesa.
"22/11/63" se trata, a mi juicio, de una de las mejoras novelas del escritor de Bangor. Me ha resultado tremendamente entretenida, entrañable e incluso dada a hondas reflexiones. Logra relatar con sencillez y cercanía la experiencia de este crononauta salido de su imaginación, e incluso hacer que el corazón de uno palpite al ritmo de sus sentimientos. Con un final absolutamente emotivo que ha logrado arrancarme una sonrisa sincera e incluso unas lágrimas de pura complicidad.

 Y por último, para ambientar un poco esta humilde reseña, os dejo con una imagen lo bastante evocadora como para sentir de nuevo parte de esas emociones vividas junto a ese crononauta llamado Jake Epping.  Quienes hayan leído la novela sabrán muy bien a qué me refiero exactamente.


martes, 26 de noviembre de 2013

RESEÑA DE VORAZ, DE FERMÍN MORENO.


Voraz ha sido, sin duda, una de las novelas más crueles que he leído del género. Fermín Moreno recrea un universo donde el instinto primario gobierna las mentes de los seres humanos y de las nuevas especies que irán proliferando sobre la faz de ese mundo imaginado. Da la impresión de que su autor ha hecho un ejercicio de imaginación importante, al tratar de visionar una realidad más cercana al instinto que a lo humano. Poco a poco, va desgajando la mente de los personajes que pueblan su obra hasta dejarlas desnudas de todo sentimiento, conservando tan solo el puro instinto de supervivencia, esa especie de memoria ROM que dicta las instrucciones básicas de todo animal. En Voraz, no hay cabida para los clásicos héroes virtuosos que abundan en el género fantástico, apenas hay un pequeño rincón donde la ternura o la filantropía propia de algunos humanos puedan refugiarse durante algunas páginas. El hambre y otras necesidades primordiales, como las de la procreación con fines absolutamente expansionistas, o de perpetuar cada especie, son las pulsiones básicas que dictan las normas.
 La novela se divide en cuatro actos, cada uno de ellos enmarcado en una época distinta desde el importante acontecimiento que significará el punto de inflexión para la especie humana. Ese momento crítico está marcado con fuego sobre el calendario de la historia a raíz de un acontecimiento espeluznante. Los muertos parecen resistirse a dar con sus huesos maltrechos en las poco acogedoras estrecheces de las tumbas que significaran un punto final para aquellas vidas terrenas, que otrora animaran sus caparazones orgánicos. Pero ahora, aun a pesar de que, aparentemente, ya no hay signos vitales dotando de energía sus cuerpos, recorren todavía las calles en busca de alimento que llevarse a las bocas. Aunque, tal vez no signifiquen meras turbas de muertos andantes lo que puebla las calles de las ciudades. Quizás la evolución esté jugando con nuevas fórmulas un tanto terroríficas y lo que algunos piensan que son cadáveres reanimados, no sea sino una nueva especie que busca destronar al propio homo sapiens.
  La acción comienza ya desde un momento avanzado de esa nueva realidad que ha tenido a bien perfilar la propia evolución, ya que desde el primer capítulo la historia nos cuenta los avatares propios de una sociedad que se está adaptando a la ardua convivencia con ese nuevo vecino que le ha tocado. A través de diversos personajes iremos adentrándonos en esa nueva realidad y conoceremos, entre otras cosas, los avances de un científico y sus ayudantes que, cual dioses alocados, esculpirán algo que acarreará en el futuro nuevas madejas genéticas bastante desagradables de ver a través de nuestra humanizada perspectiva.
 Conforme vayamos avanzado en el progreso de esos cuatro actos que conforman la novela, iremos conociendo las distintas etapas de una evolución que ha dado un giro importante. Siempre y cuando lo veamos con nuestra mente racional contemporánea, claro. Habrá nuevas formas de vida, nuevos intereses en juego sobre la faz de la tierra y buen puñado de nuevas especies poblando los rincones del planeta, al mismo tiempo que otras irán declinando hasta la extinción. También el clima sufrirá drásticas transmutaciones e incluso seremos testigos de una doctrina ligeramente novedosa que ha sido el fruto, como tantas otras veces, de las interpretaciones curiosas que da el ser humano a cosas que desconoce y al sincretismo propio de esa frustración que nos pide nuevas respuestas a viejas preguntas.
 Una novela entretenida y bien escrita. Siempre y cuando uno se acerque a ella a sabiendas de que encontrará escenas verdaderamente crudas, podrá resultar una lectura interesante. El autor se vale de distintos registros a lo largo de la misma, utilizando con acierto una narrativa diferente en cada momento, según las necesidades de la obra. Cabe mencionar la buena mano de Fermín a la hora de explicarnos determinadas circunstancias muy ligadas al mundo de la genética, aportando explicaciones a algunas cosas y dotando de realidad hechos que, de otra forma, hubieran quedado enmarcados en el terreno de lo puramente fantástico.
 Todo hay que decirlo, desde el principio me pareció quizás un tanto excesiva la cantidad de escenas de sexo explícito y sus escabrosos detalles. Pero al mismo tiempo comprendí que esto no era algo fútil ni casual en absoluto. No era recrearse porque sí en ello. Si un autor nos quiere contar una realidad tan visceral, intentar que veamos el mundo bajo una perspectiva más animal y dejar a un lado la humanidad propia de nuestra especie, es necesario retirar esa corteza que nos hemos ido formando a lo largo de los siglos sobre nuestras bases más primarias. Los fluidos corporales tienen en esta obra, por tanto, un papel fundamental, y es como si se entregaran a una alocada danza de intercambios genéticos sin fin.

Ya como anécdota sin importancia, y es que no puedo terminar esta reseña sin mencionarlo, sólo añadir que me hizo una extraña ilusión "ver" cómo uno de esos seres renqueantes llevaba puesta una camiseta con el logo de uno de mis grupos musicales favoritos.

Bon appetit.

sábado, 5 de octubre de 2013

RESEÑA DE "EL INVIERNO DEL MUNDO" DE KEN FOLLETT.


 "El invierno del mundo" es la segunda entrega de esa extensa saga conocida como "The Century". Follett retoma nuevamente la historia de esas cinco familias que ya supusieron el portal idóneo para adentrar al lector en esa época convulsa de la primera guerra mundial, en "La caída de los gigantes". Ahora la visión de la que se valdrá, para analizar los horrores de la segunda guerra mundial, serán las vivencias de una generación más joven de esas mismas familias.
 Cabe mencionar que desde la lectura de la primera entrega a la segunda, dejé pasar más de un año. A veces mi pila de lecturas pendientes es larga y, según mi estado de ánimo, doy preferencia a uno u otro género. Al principio pensé que supondría una dificultad el no recordar bien a todos los personajes y todas las familias con sus intrincadas historias. Pues bien, he aquí que la maestría de Follett, a la hora de desplegar nuevamente su arsenal de personajes y tramas, logra adentrarnos con sublime sencillez en el mismo epicentro de la historia que nos cuenta, sin que nos ofusquemos o sintamos mareo en momento alguno. Al instante de comenzar la novela fui recordando con asombrosa familiaridad, como si de viejos conocidos se tratara, a todos y cada uno de sus personajes. Follett logra que uno se sienta dentro de la historia, que comparta pálpitos y vivencias con los seres humanos que pueblan sus obras. Es un escritor que, en mi opinión, logra trasladar los impulsos básicos de nuestro mundo a una narración fluida y muy realista. Primer punto positivo, por tanto, que encuentro en esta gran novela.
 Otra habilidad de este escritor es la de saber enredar a uno hasta la médula en la trama que nos va desplegado. Es todo un genio a la hora de ir esparciendo sabrosos anzuelos por todas partes, dejarnos saborearlos durante un buen rato, para luego retirar el sedal y llevarnos hasta otro punto de la historia igualmente atractivo. Poco a poco arrastra al lector a través de cientos de páginas, consiguiendo que nuestra atención no se disperse en modo alguno. El interés, al menos en mi caso, en aquello que nos relata, se mantiene en todo momento al máximo. Y lo hace mediante una prosa sencilla y directa, pero al mismo tiempo correcta. No es de esa clase de escritores, también queridos por mí, que hacen uso de una narrativa profunda, y sin embargo, consigue igualmente grandes golpes de efecto sentimental. Para un tipo de obra tan extensa, considero la fórmula por él utilizada de lo más efectiva y adecuada. 
 El autor va mostrando, a base de pinceladas bien construidas, el sentir y la manera de pensar o proceder de una época muy complicada dentro de nuestra historia. Va tendiendo una compleja urdimbre de tramas que nos atrapa, pero que al mismo tiempo nos va ofreciendo las claves idóneas para comprender el periodo histórico abordado. Se vale también, en momentos clave, de personajes reales de notable importancia o de acontecimientos cruciales que tuvieron lugar dentro de ese lapso temporal. Sin dispersarse peligrosamente en cada uno de esos acontecimientos, va mostrando el progreso de esa era belicosa y sangrienta. El alzamiento del nazismo con muchas de sus claves fundamentales, los primeros compases de esa terrible guerra y la paulatina implicación de las potencias mundiales en la misma, la tensión extrema en la política y el sentir social y un sinfín de etecéteras, nos van mostrando la realidad flagrante de la época. Conoceremos a grandes rasgos cómo fue el alzamiento de Hitler, presenciaremos el incendio del Reichstag, el bombardeo de Pearl Harbor, algunos momentos de la guerra civil española, los bombardeos de Londres durante el denominado Blitz, la guerra relámpago Nazi con el uso de sus temidos Panzer, el desarrollo de la bomba atómica y, como digo, un largo etc de episodios cruciales durante la Segunda Guerra Mundial. También habrá un espacio importante para la subrepticia pero omnipresente guerra de espionajes entre las grandes potencias implicadas.
 Como la historia se desarrolla a partir de esas cinco familias, y luego va girando en torno a ellas, tendremos ocasión de abordarla desde puntos de vista muy distantes geográficamente. Puede que en el plano ideológico no difieran tanto esas visiones, pues, aunque los ojos con los que vemos la acción estén dispersos por el mundo en lugares muy diferentes, con sus distintos sistemas políticos, sus sentires y pesares son muy parecidos. Es decir, si nos olvidamos del particular enfoque ideológico de cada personaje, nos quedaremos en que, básicamente, muchos de ellos comparten algo en común: el deseo de una vida infinitamente más tranquila. Tan sólo quieren prosperar y llevar adelante a sus familias, sólo que les ha tocado vivir una época verdaderamente difícil. Una era esencialmente belicosa.
 Eso sí, me ha parecido que quizás se haya en esta segunda entrega tendido más a lo humano que a lo histórico. Por supuesto, no soy un experto en la materia ni mucho menos, tan sólo un simple aficionado, pero es cierto que he notado cómo en algunos momentos importantes pasaba de puntillas, otros simplemente no los abordaba y a algunos les daba una visión completamente oficial, sin aventurarse a profundizar un poco más allá. Por el contrario, se me hizo patente que el autor dedica más tiempo y páginas en analizar el contexto familiar de sus personajes, ahondando mucho en sus relaciones afectivas o detallando su estado emocional. No veo que esto sea ni bueno ni malo, simplemente dejo constancia de ello.
 En resumen, la novela es una oportunidad de acercarse un poco a ese tiempo convulso y conocer algunos de sus aspectos más destacados, y de una forma de lo más amena y sencilla. Por mi parte, espero ya con ansia esa tercera entrega de la saga, que en este caso abordará la guerra fría. 








domingo, 22 de septiembre de 2013

RESEÑA DE "LA LEGIÓN OLVIDADA" DE BEN KANE.


  La Legión Olvidada es el portal idóneo para adentrarse en la Roma republicana. Una Roma a la que ya le queda muy poco para convertirse en imperial. Tendremos ocasión de conocer los entresijos de su ideosincrasia a través de distintos puntos de vista. Y es que, si queremos conocer la verdad de un tiempo y una civilización, sin hacernos una idea harto sesgada de esa realidad, es mejor que prestemos atención a aquello que puedan decirnos personajes pertenecientes a otras civilizaciones contemporáneas. También ayudará bastante observar el punto de vista de otras clases no tan acomodadas como la de los patricios, escrutar esa época a través de su propia mirada.
 Un inefable etrusco con dotes visionarias y heredero de una casi olvidada sabiduría, un aguerrido galo que busca su destino para así poder cerrar las heridas del turbulento pasado, y dos gemelos romanos que tendrán que enfrentarse a los duros avatares de unas vidas marcadas por el sufrimiento y la esclavitud, nos darán las claves adecuadas para poder adentrarnos en esa época convulsa. Un período histórico donde tres poderosos romanos se disputaban el gobierno de la hegemonía más grande y poderosa del mundo conocido.
Un libro que, a mi modo de ver, conjuga sabiamente historia novelada con ciertas pinceladas de fantasía. Enmarcadas en la Roma de Julio César, Craso y Pompeyo, las vidas de estos personajes nos servirán como el palco de lujo desde el que contemplar todos los acontecimientos de trascendental importancia, acaecidos durante semejante lapso de tiempo. Habrá ocasión de presenciar enconadas luchas de gladiadores, de acompañar al epicentro mismo de batallas sangrientas a nuestros personajes, o de conocer a fondo la lujuriosa cotidianidad de un lupanar muy especial. Asímismo podremos viajar con nuestros amigos al lejano oriente y descubrir qué enemigos esperan allí a todo aquel que ose pisar tierras bárbaras de suelo yermo y calor abrasador. Para todo aquel amante de las novelas de Posteguillo, me agrada mencionar que habrá ocasión de reencontrarse con esos viejos y temidos conocidos que son los habitantes de Seleucia, presenciar el aterrador poderío de sus catafractos y acercarse a unos nuevos guerreros infinitamente más livianos, pero cuyas flechas son aún más mortiferas si cabe, que el acorazado avance de los anteriormente mencionados. “La flecha del Parto” tiene mucho que decir en esta novela, repleta no sólo de aventuras, pasión y magia, sino también de cruentas batallas libradas en tierras lejanas.
 Una novela de ágil lectura que hará las delicias de aquel que busque un poco de historia novela, pero al mismo tiempo guste deleitarse con una sutil pizca de fantasía ancestral. Cabe mencionar que, aunque se trata de la primera parte de una saga, podría considerarse que el libro tiene carácter auto-conclusivo, y por tanto no nos dejará en un final demasiado abierto, aunque, por supuesto, no es en absoluto un final cerrado.
 Para mi ha supuesto todo un placer acompañar a personajes como Tarquinius, Brennus o Romulus, durante tan singular aventura como esta, o adentrarme entre las candentes paredes de un lascivo lupanar y saber cómo es el día a día de una joven como Fabiola. Sin olvidarnos por supuesto de esos detestables antagonistas que Ben Kane nos define tan a la perfección, que logra hacer que terminemos deseando conocer sus finales, a través de la narración.

martes, 6 de agosto de 2013

RESEÑA DE FRANKENSTEIN DE MARY SHELLEY.


O el moderno Prometeo...

Algunas veces nuestra propia ambición nos ciega. Hace que persigamos esas metas anheladas, obnubilándonos la mente por completo. Ya no somos seres humanos sujetos a impulsos emocionales, sino meras maquinarias biológicas que trabajan bajo razonamientos puramente lógicos, olvidándonos de esa voz más visceral que son los sentimientos. De esta manera, conseguimos muchas veces materializar esos objetivos tan deseados, y para los que hemos trabajado con tan apasionada entrega. Sin embargo, puede que al final, el fruto de ese trabajo brote huérfano de esos mismos impulsos que hemos dejado a un lado en el camino, esos que desechamos cual lastre, para lograr la consecución de nuestra meta. Habremos logrado crear de esta manera algo tal vez magnífico, sí, pero puede que al mismo tiempo monstruoso.
 La novela gótica por antonomasia que aquí osaré analizar, nos cuenta la historia de como un hombre de ciencias se ve arrastrado por su pasión, olvidando en la vorágine de sus trabajos algo fundamental, que no es otra cosa que el puro cariño. Sin él, muchas cosas se nos despistan. Sin él, toda creación ve la luz adolecida por la falta de un hálito fundamental. Puede que al final el resultado de un duro trabajo sea grandioso, pero, sin cariño, algo le faltará sin duda. En este caso el resultado de esa desatada pasión por la ciencia es algo asombroso y digno de alabar, es cierto. Sin embargo, el vacío de ciertos impulsos emocionales, ha dado como resultado una criatura en cierto modo monstruosa. Y digo en cierto modo, porque en realidad esa monstruosidad al principio se limitaba a algo meramente superficial, a algo tan insignificante como el aspecto físico. Insignificante como debería ser, sí, pero demasiado importante para unos seres humanos que aún no han aprendido a ver más allá, a usar los ojos del alma. El doctor Frankenstein, entregado por completo a su casi milagrosa labor, dio vida a algo inerte, pero se olvidó de aportar un poco de cariño a ese hijo suyo, a esa creación extraordinaria.
 Mery Shelley nos relata esta desgarradora historia donde un ser se ve azotado por la ingratitud y la ceguera humanas. No hay piedad para un engendro salido de la nada, sin padres que lo reconozcan como suyo, sin ciudad que le acoja como a uno más de sus ciudadanos, sin un aspecto que le brinde la oportunidad de que alguien se acerque a él sin sentir odio o desprecio. Un desgraciado apátrida sediento de cariño y amistad, hambriento de caricias y harto de insultos y desprecios que no le dan tregua jamás. No hay perdón para quien exhibe una voz cavernosa y torpe y te mira desde un semblante sembrado de cicatrices horrendas. No hay ternura que ofrecer a quien camina solitario entre los bosques umbríos, mostrando siempre sus deformidades y un cuerpo gigantesco. No merece conocer el amor quien por semblante presenta una amalgama de rasgos despreciables, porque ha nacido para ser hermano del sufrimiento y la soledad. Su pecado es haber existido desafiando con sus rasgos las leyes de la armonía física, y eso es algo que los humanos no perdonan a ser alguno.
 Narrada de una forma muy emocional, directamente surgida del alma de su creadora, esta novela es, a mi juicio, una auténtica joya de la literatura universal. Ya no solamente por lo entretenida que pueda resultar su historia, sino por el trasfondo del relato, que nos muestra con crudeza la perfidia que anida en el alma del ser humano, quien en muchas ocasiones muestra lo poco evolucionado que aún está. Azotado cruelmente por el odio atávico de unos seres que rehuyen la fealdad, nuestro "monstruo" se ve arrojado a los fríos brazos del olvido y la soledad, en cuyo lecho el desgraciado ser irá alimentando una sed de venganza que le hará ponerse a la altura de aquellos quienes le han despreciado una y otra vez. Al final, quizás la humanidad haya logrado crear a un monstruo, empeñándose en ver maldad donde no la había.
 A veces, al igual que los árboles no nos dejan ver el bosque, nuestro sentido de la vista puede hacernos ciegos ante ciertas cosas que no han de escrutarse con los ojos de la cara, sino con los del alma. Mery Shelley supo retratarnos estas y otras verdades, haciendo uso para ello de diversos personajes, como por ejemplo ese anciano ciego con quien "el ser" quiso entablar amistad a toda costa.
 Un libro que desborda dramatismo y nos hace sentir una angustia casi permanente, aunque siempre con ganas de conocer un poco más, buscando un destino para nuestros personajes que, sin embargo, sabemos bien, no llegará jamás. Parece que no hubiera cabida para la felicidad en esta historia, para ninguno de sus personajes, salvo en efímeros momentos. Y sin embargo siempre queremos saber un poco más, ir devorando página tras página en busca de esa compañía que parece no querer llegar para liberar a "nuestro monstruo" de su soledad. O, tal vez, para que la justicia ciega de unos seres humanos, ebrios de prejuicios, recaiga finalmente con todo su peso sobre el alma de tan desdichada criatura.
 Revisando la historia de esta obra, me doy cuenta de que el estereotipo del doctor Frankenstein no está demasiado alejado de un personaje muy conocido por mí. Alguien que dejó aparcado a un lado, enclaustrado en lo más profundo de ese baúl que son sus pensamientos, ese sentimiento de cariño, para entregarse en cuerpo y alma a la consecución de sus trabajos científicos.  Alcanzaron ambos su objetivos, pero por el camino perdieron algo mucho más importante; la capacidad de abrazar la vida en toda su plenitud, sintiendo que su corazón no ha desechado jamás el cariño ni el amor que han de culminar toda obra o trabajo.

domingo, 28 de julio de 2013

RESEÑA DE PANTEÓN DE CARLOS SISÍ.


 ¿Les apetece un viaje interestelar sin moverse de casa? Pues tomen asiento y prepárense para viajar con la compañía espacial que ha fundado este escritor español y su versátil imaginación. Pero cuidado, les advierto que corren un serio riesgo de tomar cariño a varios de los personajes, paridos por la fructífera creatividad de aquel que ya nos hiciera sentir miedo de las calles malageñas y sus zombis particulares. ¡Qué diablos!, puede que incluso se encariñen de seres cuya naturaleza tiene muy poco que ver ya con lo biológico y cuyos procesos están absolutamente programados.
 La novela arranca a bordo de una nave muy especial y en las entrañas mismas de un planeta bastante desconocido por la mayoría de habitantes de la galaxia. Sé que suena raro, pero si se animan a leer el libro comprenderán cómo es posible que todo comience dentro de una nave y al mismo tiempo en la panza de un lejano astro. Desde el principio se nos brinda la ocasión de ir conociendo a fondo a dos personajes verdaderamente entrañables. No parece que se trate de héroes virtuosos ni mucho menos, son hombres sencillos, pero al mismo tiempo avezados e ingeniosos, que han decidido exprimir los recursos de su mente para montarse un negocio un tanto arriesgado y movido. A través de la visión de estos intrépidos pillos iremos conociendo el presente de una realidad futura, donde todo a cambiado considerablemente para la casta humana. La tecnología ha evolucionado bastante, y de una forma exponencial, pero esto no supone quizás ya una sorpresa demasiado grande para las personas de nuestro tiempo. Estamos muy acostumbrados a que nos bombardeen con infinitud de noticias sobre nuevos hitos tecnológicos. Aún con todo, parece ser que nuestra querida especie todavía no ha llegado a desligarse de ciertos aspectos que empobrecen nuestro espíritu y, cómo no, aún sigue ahí ese pertinaz escepticismo, que logra anclarnos de forma casi permanente, en un estado de ignorancia perpetua y no nos deja ver más allá de la punta de nuestra propia nariz. 
 Muchas cosas han cambiado en ese hipotético mundo, es verdad, pero muchas otras permanecen inamovibles para el ser humano en esos mundos futuristas aventurados por el señor Sisí. Intrigas políticas, sed de recursos, hambre voraz de riquezas y poder continúan siendo los verdugos que hostigan sin piedad al hombre en el devenir de su existencia. Pero, ¿y si de pronto nos topamos cara a cara con el vestigio de otros tiempos donde aún anida el virtuosismo y la razón? ¿y si al mismo tiempo corremos el riesgo de despertar, sin quererlo, un poder ancestral de dimensiones colosales, que podrá asolar nuestra existencia?
 No me dirán que no es un cóctel de lo más jugoso y apetecible. Un viaje que verdaderamente merece la pena y en el que no tendremos tiempo para aburrirnos. No sólo hay aventuras, momentos de tensión, descubrimientos asombrosos o facciones sin escrúpulos que nos harán temer por la vida de nuestros queridos personajes, también encontraremos misterios enterrados en las profundidades de un pasado muy lejano y tendremos ocasión de conmovernos con instantes absolutamente emotivos. Tampoco faltará la imprescindible élite destacada y que cuenta con recursos científicos al alcance de unos pocos priviligiados que gozan de intelectos de calidad, pero cuyos diques de contención, pueden adolecer de ciertas grietas que ponen en peligro la ética y la moralidad de sus actos.
 Con un final apasionante para aquellos que gustamos de los misterios encerrados en las profundidades de un espacio interestelar insondable y no exento de tensión y terror en estado puros. Con personajes como Maralda, Malhereux, Ferdinard o un tal Bob, que nos harán querer seguir pasando páginas, para conocer cuales son los descubrimientos asombrosos que nos permitirán asomarnos a un tiempo olvidado y a unos hechos pretéritos que encierran muchas respuestas para el ser humano. En definitiva, una novela de ritmo ágil, entretenida y con alicientes más que sobrados para pasar un buen rato, buceando a través de las estrellas y los enigmas que éstas esconden desde la noche de los tiempos.

viernes, 28 de junio de 2013

ANTOLOGÍA PETA Z. NO MEZCLAR CON REFRESCO DE COLA.


 El año pasado, más o menos por estas fechas, tuve el gran honor de participar en la primera edición del festival Celsius 232 de Avilés: un evento literario que dura unos cuantos días y en el cual tienen lugar presentaciones de libros y diversos tipos de actividades relacionadas con el mundo de la fantasía y el terror. Durante el transcurso de esos días, inolvidables sin duda para mí, pude conocer a varios escritores que, como un servidor, disfrutan con esto de las letras, creando mundos apocalípticos y obras donde damos rienda suelta a nuestra imaginación. Y he aquí que, como nuestras mentes inquietas nunca están ociosas, durante la distendida sobremesa de una cena un tanto "peculiar", los engranajes de las mismas terminaron gestando el germen de una idea de lo más bizarra. Ninguno de los presentes recuerda ya muy bien cómo surgió todo, pero en algún momento de aquella cena a alguien se le ocurrió la "retorcida" y simpática idea de fantasear con las series de dibujos animados de nuestra época infante, y de cuán divertido podría llegar a ser dar unas pinceladas un tanto macabras a esas míticas series. La cosa pudo haber terminado ahí, en una sencilla anécdota un tanto fantasiosa. Pero no, de por medio llegó una servilleta, "el único papel que había a mano en esos momentos", donde plasmamos nuestras firmas y nombres justo al lado de un título cada una. Con ello nos comprometíamos a llevar a cabo una antología. Un relato por persona haría que la perversa magia de nuestra imaginación corrompiera para siempre el dulce recuerdo de aquellas míticas series. El fruto de todo esto podrá pronto ser disfrutado por todo aquel que se vea aguijoneado por la curiosidad. 
 Dice la leyenda que el agua consumida en aquella cena fue manipulada en algún momento por personas ajenas a nosotros, con la aviesa intención de experimentar, de ver hasta dónde podían dar de sí unos cerebros ya terriblemente corrompidos por horas y horas de tan insanas lecturas. Juzguen ustedes mismos, si es que se atreven a adentrarse en este universo donde se da una visión nueva a esas series de dibujos animados. Regadas por la inicua esencia de ese agua adulterada, la naturaleza de esos relatos tiñe de sangre la memoria de personajes muy asentados ya en el habitáculo de nuestras mentes, donde aún perdura el niño que fuimos.

 Con portada del gran ilustrador Daniel Expósito Zafra.

 Una sorprendente antología en la que once malintencionados autores revisitan la televisión de su infancia en «clave Z». Con relatos de Víctor Blázquez, Ignacio Cid Hermoso, Daniel P. Espinosa, Ángel Luis Sucasas, Miguel Aguerralde, Darío Vilas, Juan Miguel Fernández, Manuel Martín, Alejandro Castroguer, Javier Cosnava y Vanessa Benítez Jaime.

lunes, 17 de junio de 2013

UN PEQUEÑO REPASO POR LOS CLÁSICOS I

RESEÑA DE "EL HOMBRE INVISIBLE" DE H.G. WELLS.


La ciencia ficción nos ofrece la oportunidad de explorar territorios casi del todo indómitos, adentrarnos en esas tierras pantanosas que de otra manera nos sería muy difícil, o quizás demasiado peligroso, hollar con nuestras botas. Pero si nos enfundamos el recio y a la vez liviano calzado de la fantasía, para así poder caminar sobre los vertiginosos parajes de una novela, seremos capaces de navegar durante unas horas por esos territorios que son el fruto de hipotéticas ciudades futuristas, o especulativos experimentos que van un poco más allá siempre de la ciencia tal y como la conocemos.
 Aunque seguramente hoy día pudiéramos fantasear sobre la idea de la invisibilidad, pensando en ello como algo no tan lejano e imposible, y leamos en algunas revistas científicas sobre el tema como algo mucho menos descabellado, cuando esta historia fue creada, allá por el año 1897,  todo esto era seguramente una auténtica fantasía muy difícil de alcanzar.  Sin embargo, Wells, nos relata algo semejante de una forma bastante bien razonada, y aunque el sistema llevado a cabo por su protagonista para lograr la invisibilidad, no esté en total consonancia con la realidad y sus consecuencias, he de decir que uno llega a creerse su historia. Con esto quiero decir que, una vez te has adentrado en la novela, puedes apartar a un lado todo escepticismo y el autor logra que te dejes llevar de la mano durante toda la historia. Y yo considero que ese es un punto fundamental en toda novela de ciencia ficción. Es muy importante que uno, aun sabiendo que todo es pura imaginativa desbordante, pueda dejarse engañar por el relato que está leyendo, para así disfrutar de todo lo demás que en él se nos cuenta.
 Una de las cosas que más me han fascinado siempre de esta obra, es la caracterización del personaje principal. Tiene una personalidad claramente definida, y totalmente influenciada por su condición adquirida de hombre invisible. Uno puede imaginarse fácilmente los tormentos asociados a ese estado de "transparencia perpetua" y entiende el pertinaz carácter irascible que acompaña al científico durante sus azoradas desventuras. Al mismo tiempo, resulta fascinante la descripción de las acciones llevabas a cabo por el individuo, siempre teniendo en cuenta que su cuerpo no se puede ver, pero su organismo sigue ahí, cumpliendo las funciones vitales y los procesos digestivos y respiratorios, entre muchos otros. Magistral la manera sencilla pero totalmente gráfica de describir, por poner un ejemplo, el humo de una pipa inundando los invisibles pulmones de Griffin, para luego ser exhalado y dibujar en su trayectoria la forma de su tráquea.
 Al mismo tiempo, resulta divertido conocer las mil y una triquiñuelas que se ve obligado a llevar a cabo el hombre para que otros no adviertan su "cristalina condición", desde la forma en que se viste y disfraza, hasta las posturas que se ve obligado a adoptar cuando come o bebe. 
 A lo largo de las páginas de esta novela corta, iremos acompañando a este hombre que se ha visto atrapado por los frutos de su propio ingenio. Recorreremos lugares repletos de personas a las que habrá de dar esquinazo unas veces, o bien aprovecharse de ellas en otras ocasiones, y sentiremos el frío gélido que atenazará al hombre cuando se vea obligado a ir desnudo, por motivos relacionados con la discreción. No puede faltar en la obra ese otro científico más cabal, quien conocerá la historia terrible que se esconde tras este hombre atrapado en su propia invisibilidad.
 Una novela corta, pero ágil y entretenida, que además nos brinda la posibilidad de volver a fantasear con algo que, como niños en un cuerpo de adulto que somos muchos de nosotros, todos hemos jugado a imaginar alguna vez en la vida.

lunes, 27 de mayo de 2013

La Torre Prohibida.

RESEÑA DE LA TORRE PROHIBIDA DE ÁNGEL GUTIÉRREZ Y DAVID ZURDO.



Una novela que arranca con la inyección magnética de una serie de incógnitas que nos harán querer seguir avanzando rápidamente en la lectura. Los autores pronto irán, como digo, ya desde el principio, planteando un buen número de interrogantes que, lejos de despejarse rápidamente, se irán haciendo cada vez más grandes conforme uno vaya pasando páginas. La narración de la historia va alternando dos tiempos distintos, de modo que en un capítulo estaremos conociendo los hechos acaecidos en lo que "podríamos considerar el presente", mientras que en el siguiente damos un salto a lo que en principio no se sabe muy bien si es el futuro o quizás el pasado. No en vano, una de las mayores cualidades de este tandem de escritores, es el saber jugar con los conceptos de tiempo, espacio, universo y todas las vertientes desconocidas de esos misterios a los que el ser humano ha decidido poner nombre aun sin ser consciente del todo de su verdadero significado.
 El protagonista sufre uno de los tormentos más frustrantes al que un ser humano pueda enfrentarse; el de no recordar la mayor parte de su pasado. De este modo se ve arrastrado por una serie de acontecimientos absolutamente desmoralizantes, donde de pronto comienza a perder las riendas de su propia mente y de sus borrosos recuerdos. Al parecer, el hombre ya había sufrido en el pasado esa misma pesadilla, viéndose así obligado a permanecer interno en una clínica especializada en tales desajustes psíquicos. Aunque quizás no todo sea como en un principio nos dan a entender. Hace tiempo, en uno de sus viajes como periodista ha visto algo que condicionará el resto de sus días y de su existencia. Ahora una pesadilla recurrente, donde su inconsciente despliega todo su potencial en un intento por mostrarle algo que en la vigilia se le escapa, le atormentará por las noches.
 Mientras en un capítulo vamos conociendo ciertos aspectos de la vida diaria de Jack Winger, con su amada familia y sus rutinarias actividades, en el siguiente tendremos la ocasión de adentrarnos entre las opresivas y tórridas entrañas de esa clínica inquietante, donde hay una serie de personajes que esconden tras de sí respuestas a tantas preguntas como van siendo planteadas a lo largo de la novela y otros muchos, la mayoría, que se ven asolados  por algún tipo de tormento que les martiriza. Pero pronto esos dos momentos distantes de la historia irán aproximando sus tentáculos, hasta que el protagonista vaya siendo víctima de los mismos avatares en ambos "planos" de su existencia.
 Si la novela, a mi gusto, arranca como digo de una forma que enseguida te hace querer seguir pasando página tras página, hacia la mitad del libro he notado cómo perdía la prosa un poco de esa misma fuerza. Sin embargo, pronto volvería ese atractivo, para atraparme de nuevo hasta que ya no pude dejar de leer, deseando llegar al final y conocer todas las respuestas.
 Puede que lo que esconde ese final sea en cierto modo previsible, o que ya lo vayamos intuyendo mucho antes de llegar a dicha conclusión. Sin embargo, son muchas todavía las preguntas que en mi caso seguían vivas, palpitantes, anhelantes de respuestas esclarecedoras.
 Llega un momento donde la trama se torna mucho más cruda y visceral y nos abofetea con una auténtica carga de violencia que, sin embargo, responde a unos motivos muy concretos. Por ello considero que la obra tiene bastante que ver con el mundo de las novelas de terror. No en vano, he llegado casi a rozar con las yemas de mi mente esa misma sensación que me mantuvo en vilo durante la lectura de esa otra novela de los mismos autores titulada "616 Todo es Infierno". Hay una cierta capacidad en estos escritores a la hora de saber pulsar los resortes adecuados en el mecanismo de la mente humana, para desatar unas corrientes poderosas, cargadas de puro miedo atávico. Al menos, indudablemente en mi caso es así.
 La novela fue galardonada con el premio Minotauro en el año 2.012, que hoy día representa el más importante dentro del género fantástico y de terror, con todas las vertientes de estos mismos géneros, en nuestro país.
 Como anécdota curiosa, señalar el hecho de que la banda de Heavy Metal asturiana "Warcry", grupo al cual sigo desde hace años, es mencionada en los agradecimientos de la novela. Y es que uno de los temas de ese mismo grupo inspiró, como señalan los autores, una parte de la obra. Resulta curioso, ya que tiempo atrás sería una de las novelas de estos escritores; "616 Todo Es Infierno", la que inspirara un tema a la mencionada banda.

sábado, 11 de mayo de 2013

PUERTAS DE FUEGO


RESEÑA DE "PUERTAS DE FUEGO" DE STEVEN PRESSFIELD.


 Resulta verdaderamente emocionante tener la ocasión de recorrer nuevamente esos lugares mágicos, que a uno impactaron en algún momento de su vida. La magia de la literatura nos brinda, entre otras muchas cosas, la oportunidad de realizar ese viaje sin que uno tenga que moverse del asiento. Y es que, a veces, por motivos varios, resulta imposible regresar a ese lugar del mundo que uno quisiera visitar de nuevo de forma física. Pero ahí tenemos ese otro medio de locomoción, siempre fiel y a nuestro servicio.
 La historia de Grecia rebosa momentos de épica, tragedia, misticismo y magia. Un sinfín de acontecimientos cruciales para la historia de Europa  y Asia tuvieron lugar en esa pequeña parte del mundo. Fue el terreno perfecto para que infinidad de héroes llevaran a cabo sus gestas, esas hazañas bélicas que les harían inmortales, grabando con fuego y sangre su nombre sobre la piel de nuestra memoria colectiva. Cuando el país era un conjunto de polis beligerantes, enfrentadas casi siempre entre ellas en interminables guerras fratricidas, hubo algo que las unió por una causa común llamada democracia. La sombra inmensa de un enemigo que extendía su poder al otro lado del Egeo y el Helesponto, subyugando a unos siervos a quienes hostigaba fieramente para que ampliaran los confines de su imperio, hizo que muchos pueblos helenos empezaran a pensar en afilar sus armas. Pero esta vez ya no contra sus vecinos, sino contra ese otro enemigo grande y poderoso que amenazaba su libertad.
 Primero fue Atenas quien enfrentó ese inmenso océano que era la imparable maquinaria persa. Hizo que sus fuerzas, aliadas con las de Platea entre otras, chocaran sin temor contra la gigantesca muralla de un ejercito compuesto por esclavos que peleaban bajo los latigazos implacables de un emperador llamado Darío. En esa ocasión, debido a una festividad sagrada, los espartanos no pudieron entrar en combate a tiempo, pero las fuerzas persas fueron rechazas en la batalla de Maratón.
 Años después la amenaza persa volvió a pisar tierras helenas, esta vez bajo el yugo de un nuevo emperador, llamado Jerjes. Es aquí cuando comienza la historia de la batalla de las Termópilas y de los héroes que en ella perdieron su vida a favor de unas ideas. Y es esa batalla precisamente la principal materia en torno a la que gira esta novela.
 Xeones es un joven que, tras ver cómo su ciudad es arrasada por un enemigo cercano, en una más de esas eternas guerras fraticidas entre pueblos helenos, se acaba convirtiendo en un individuo casi sin identidad, sin una polis que le haga identificarse y estar integrado. Durante un tiempo sobrevivió junto a otras dos personas más como un ser furtivo, subsistiendo malamente gracias a lo que cazaban o robaban a escondidas durante las noches. Pero al final acabó encontrando un nuevo hogar en esa tierra llamada Lacedemonia. Los espartanos, esos hombres nacidos para ser guerreros a jornada completa, y cuya vida era una sucesión de pruebas, a cada cual más dura y difícil, ofrecieron a Xeones la oportunidad de encontrar su propia identidad. A partir de ese momento lucharía por convertirse en un hombre con un destino marcado por ese profético encuentro que tuviera en un bosque, con quien él cree que era el mismísimo dios Apolo. Al final ese mismo destino terminará llevándole a ese momento histórico donde 300 hoplitas espartanos lucharían a muerte, junto con otros pueblos helenos, con la única finalidad de causar bajas a los persas ante el estrecho paso del desfiladero de las Termópilas. Su propósito era dar tiempo a los demás pueblos helenos para prepararse ante el imparable paso de las inmensas tropas de Jerjes.
 La historia nos es narrada en esta novela a través de este joven. Tras haber sido capturado por las fuerzas persas, y en un estado de gravedad que le permite apenas sobrevivir unos días, relata al mismísimo Jerjes lo acontecido no sólo ya durante el transcurso de la batalla, sino mucho antes de ella. Su intención es dejar constancia del estilo de vida de un pueblo que quizás termine siendo arrasado para siempre, borrado de la faz de la tierra y de la historia por un poder inconmensurable como el persa.
 La novela rebosa épica en estado puro. Viviremos en nuestra piel la dureza de los entrenamientos a los que eran sometidos los espartanos. La rigidez y disciplina de estos hombres en el campo de batalla se ve reflejada en la obra de una forma clara. También tendremos ocasión de conocer, en esta versión novelada, ese crucial acontecimiento en detalle, y la personalidad de personajes tan importantes y conocidos como el rey Leonidas o el guerrero Dienekes, cuyas célebres frases pasarían a la posterioridad para verse reflejadas tanto en novelas como libros de historia o películas.
 Una obra francamente emotiva. Aunque uno pueda sentir cierto rechazo con numerosos aspectos de la vida de estos antiguos hombres y su filosofía estricta, dura, cruel y en algunos casos quizás injusta, tampoco se puede negar el hecho de que estos pocos hombres eran personas que luchaban por y para ser libres, y contra millones de esclavos que nacían para ser tan sólo siervos. A pesar de que el propio Leonidas recibió, por parte de Jerjes, más de una oferta para convertirse en caudillo de su imperio, rechazó sin titubeos todas esas oportunidades, pues Esparta no había sido creada para ser la punta de lanza de un imperio, sino un pueblo libre y con identidad propia.
 Como apunte interesante, mencionar que el espartano Dienekes, quien no figura en las películas " El león de Esparta" o "300"  ni en el cómic en que está basada, si tiene un peso importante en esta novela. De hecho, fue uno de los soldados más importantes de la batalla y quien dijo la famosa frase, a modo casi de broma, de que si los persas cubrirían el cielo con sus flechas, así, ellos pelearían a la sombra.
 A continuación dejo un extracto de la novela donde se refleja con pocas palabras, pero con tremanda claridad, tal y como los espartanos acostumbraban, cuál era el pensamiento de estos hombres.

 “ En la actualidad hay dos monumentos conmemorativos en las Termópilas. En el moderno, llamado el monumento a Leonidas, en honor al rey espartano que allí cayó, está grabada su respuesta a la petición de Jerjes de que los espartanos depusieran las armas. La respuesta constó de tres palabras: <<Ven a buscarlas>>.

 El segundo monumento, el antiguo, es una sencilla piedra sin adornos con unas palabras del poeta Simónides grabadas en ella. Sus versos constituyeron quizás el más famoso de los epitafios guerreros:


 Ve a decirles a los espartanos,
 extranjero que pasas por aquí,
que, obedientes a sus leyes,
Aquí yacemos. "




domingo, 21 de abril de 2013

RESEÑA DE NECRONOMICÓN Z DE ALBERTO LÓPEZ AROCA.


 Lo cierto es que ya han pasado unas cuantas semanas desde que terminé esta novela, pero como durante el transcurso de las mismas he estado bastante ocupado, hasta hoy no he encontrado tiempo suficiente para sentarme frente a mi ordenador y desglosar esta reseña de la misma. Dicho esto, procedo a dejar aquí constancia de mis impresiones.
 Siempre me ha llamado poderosamente la atención la capacidad que tiene Alberto para contarnos exáctamente lo que le apetece en cada momento, independientemente de modas, cánones o estructuras gramaticales establecidas. Esto en ocasiones puede conllevar riesgos añadidos a la hora de hacer vendible una obra, pero en el caso de este autor pienso que logra capear esas posibles dificultades con increíble facilidad. Alberto parece tener muy claro que lo principal es quedar satisfecho personalmente con sus creaciones y luego ya habrá quien las disfrute. No en vano, no dudó en tomarse su tiempo a la hora de pulir y dejar su creación exáctamente como él deseaba y por eso, creo yo, la publicación de la novela se demoró unos cuantos meses más de lo previsto. Y menciono esto porque además considero que Necronomícón Z no es una novela de genero z al estilo clásico.
 Este libro me ha parecido, además de una novela entretenida, un curioso homenaje a uno de los autores más queridos por los seguidores del género de terror. Digo lo de curioso porque el autor, utilizando un lenguaje desenfadado y en ocasiones irónico, nos va mostrando diversos aspectos de ese complejo y profundo universo Lovecraftiano. Alberto no trata para ello de emular la forma de narrar los hechos utilizada por el escritor de Providence, (aunque a veces si hace algún guiño jocoso a su peculiar estilo grandilocuente y cargado de adjetivos), sino que, por lo general, hace uso de su propio marchamo para ir juntando las piezas de este puzzle conformado por un rico mosaico de personajes y lugares, que a los seguidores de Lovecraft sin duda nos resultarán bastante familiares.
Uno de los principales atractivos, que no el único, por su puesto, que he encontrado en la obra, es el haber podido reencontrárme con viejos conocidos e incluso descubrir facetas suyas hasta el momento por mí ignoradas. Alberto sabe jugar perfectamente con ese magnetismo que puede ejercer en todo lector amante de las historias de Lovecraft, el que un autor se haga dueño por el espacio de unos cientos de páginas de sus personajes más emblemáticos. Los toma prestados dejando a un lado el pudor, aprovecha sus rasgos más significativos y luego los condimenta con interesantes nuevos aspectos que logran despertar nuestra curiosidad.
 La historia presenta unos interesantes tintes de novela policiaca al principio, mientras el narrador nos va presentando esa peculiar ciudad llamada Arkham. Luego lo preternatural va haciéndose paso a machetazos y bofetadas a lo largo de los siguientes capítulos, donde ese foco principal que ejerce sus negras influencias, ese manuscrito maldito redactado por el árabe loco Abdul Alhazred , va desplegando sus putrefactos encantos sobre la piel de este mundo corrupto e incluso mucho más allá de él. Y es que la magia agridulce de esos vastos terrenos que se extienden mucho más allá de la materia y lo tangible tienen también cabida en la obra de Aroca. Esas regias ciudades llenas de esplendor, aunque también horrores innominables, que levantan sus murallas y torreones mucho más allá de los confines del pensamiento, donde las leyes oníricas establecen unos nuevos parámetros de realidad, encuentran en la novela un terreno fértil donde extender sus prolongados tentáculos. El autor va alternando la historia principal, que se fundamenta sobre los cimientos del mítico manuscrito y los avatares  que este provoca entre ciertos personajes en distintos lugares y épocas, con los sucesos acaecidos en ese otro plano cósmico donde todo se transmuta y donde las leyes de la física ya no son las mismas.
 En la novela hay por supuesto muertos vivientes, pero lo cierto es que tampoco podría decirse que su argumento gira en torno a ellos, sino que se nos habla principalmente de otros asuntos y, cómo no, estrechamente relacionados con ese manuscrito escrito por el árabe loco.
 Abundan los festines de entrañas y las orgías de fluidos corporales en diversos episodios especialmente viscerales. Hay un capítulo que recuerdo precisamente por su dureza que, aunque narrado siempre sin perder del todo cierta perspectiva un tanto aligerada por el humor, a veces nos hace retorcernos de puro dolor inducido por las escenas detalladas. Ese capítulo relata los horribles hechos acaecidos en el campo de exterminio nazi "el pequeño Dachau". Dachau fue una espantosa realidad que cuesta creerse y duele rememorar. En esta ocasión, Aroca nos relata los hechos de este otro "pequeño Dachau", donde al parecer un científico degenerado ha estado experimentado con seres humanos hasta límites dificilmente asimilables por una persona normal. Para los seguidores de Lovecraft este último individuo les resultará sin duda muy familiar.
 Por último, Aroca nos regala dos deliciosos relatos cortos, a mi juicio de lo más amenos e interesantes, así como una peculiar guía de Arkham.
Aunque en algunos momentos se me ha hecho un libro un tanto complejo debido a los continuos saltos temporales y la diversidad de personajes, en resumidas cuentas me ha parecido un libro muy completo y entretenido.


viernes, 29 de marzo de 2013

EL RESPLANDOR EN TU MEMORIA. 



Lágrimas de fuego riegan al atardecer las tranquilas aguas de ese mar con nombre de rey azotado por una tragedia insoportable. Las laderas pedregosas se yerguen con majestad sobre las inmensas alfombras verdes que forman los campos de olivos. En el camino se pueden contemplar aquí y allá, pequeños altares depositarios de los ruegos de los caminantes. Más allá de ese lugar donde el camino es estrangulado por las lenguas de dos mares tranquilos e impolutos, cobra forma ante tus ojos maravillados la tierra que antaño fuera testigo de guerras legendarias, proezas sin parangón y gestas heroicas.
Teatro de Epidauro
 Templos de la cultura han emergido una vez más desde la profundidad de la roca que las tenía prisioneras, para extender su magia a tus pies. Ahora los ecos de artistas ancestrales declaman nuevamente, reverberando sus voces magistrales en la ladera escalonada, recitando en tus oídos historias repletas de hermosura pero también tragedia. Más allá, los muros maltrechos por las eras aún pueden dibujar en tu mente lienzos preñados de grandeza y en la tumba donde yace el tesoro invisible de un rey la luz azulada de su corona ceñirá tu cuerpo, mientras sonríes al ser acariciada por la magia de su ser. Luego prosigues el camino para llegar a ese entorno cuajado por las titilantes luces de atletas condecorados con coronas de olivos.
Olimpia
Tal vez las imponentes columnas yazcan desplomadas sobre el suelo, pero tus ojos nuevamente pueden contemplar la imponente grandeza que nunca ha abandonado esas piedras milenarias. Todavía retumban las voces de los excitados espectadores por todas partes y tu mente puede recrear ese reflejo maravillado que en otro tiempo ardiera en la mirada de esas gentes. Puedes imaginar sus rostros llenos de regocijo y hacer que el fuego de su mirada arda de nuevo en la habitación de tus pensamientos. Dejas descansar tu pie sobre la línea de una meta y notas cómo una energía inextinguible recorre tu cuerpo, erizando el vello de tus brazos.

Puerta de los leones en Micenas
 Ha llegado entonces la hora de atravesar esa inmensa llanura de olivos, para ascender con el corazón palpitante de alegría la ladera de un monte legendario. Tu aliento se funde con la magia de esa brisa suave que recorre las crestas pedregosas del santuario. La noche esconde secretos que poco a poco podrás ir desvelando haciendo uso de los ojos de la imaginación, esos que alcanzan a vislumbrar lo que hay mucho más allá de las fronteras de la simple materia. En la mañana un sol resplandeciente obrará el milagro, hará que broten para ti otra vez las voces de esas mujeres que antaño servían como oráculo de profecías confusas para reyes, héroes y tiranos. A través de senderos escarpados y cigzagueantes recorrerás todos y cada uno de los rincones de esa cima que en algún momento de la historia fuera el ombligo mismo del universo.

Templo de Apolo en Delfos
 Pero aún hay más, mucho más por ver. Te maravillarás una y otra vez con esas místicas formaciones pétreas de color rojizo, sobre cuyas cimas aún se afianzan monasterios de madera, con sus edificaciones abigarradas y sus frescos jardines desafiando a la gravedad. Contemplarás reliquias guardadas como tesoros y asomarás tu mirada curiosa a esas terrazas altas donde tan sólo las águilas y los hombres místicos son capaces de levantar sus moradas. Más tarde atravesarás el mar entre lluvias de blanca espuma para alcanzar las costas tranquilas de unas islas donde reina la luz y donde el viento sopla suave una melodía de dulces armonías.
 Y por último, antes de regresar, visitarás el templo de la diosa de las dos caras. La diosa de la guerra y también la diosa de la sabiduría te acogerán en su sala de regias columnas para desvelarte algunos de sus secretos, antes de que retornes a tu mundo de vigilia. Pero recuerda, si me lo propongo, quizás pueda despertar una y otra vez, en el mundo de tus sueños, toda esa magia que has dejado atrás, mediante una letanía de susurros. Porque quien ha visto y ha sentido, siempre atesora algo en su interior.

domingo, 24 de marzo de 2013

             DELIRIOS CÓSMICOS DE UN ESPÍRITU INQUIETO. 


 Algunas veces, los impulsos que manejan nuestra voluntad de manera secreta y misteriosa nos llevan por caminos no planificados. Son arrebatos repentinos de pura espontaneidad, nacidos de un germen cósmico que yace latente en algún recóndito escondrijo de nuestro ser. Son quizás el reflejo de ese pulso celestial que rige con precisión no ortodoxa toda la materia que nos envuelve y que forma parte de nosotros, como nosotros formamos parte de ella, aunque algunas veces parezcamos olvidarlo. Pero no todo es materia, pues más allá de ella hay algo que nuestros sentidos no pueden decodificar. Nuestra mente terrenal, en muchos casos, no alcanza a identificar la naturaleza de esos impulsos. Sin embargo, ese mismo germen ancestral que anida allí donde nuestra parte material se desvanece, para dejar paso a algo menos tangible desde el punto de vista racional, muchas veces nos hace intuir un universo distinto aunque también repleto de misterios por desentrañar. Cuando uno mira al cielo en una noche estrellada, alejado de cualquier aberración sonora, prejuicio o ajetreo carnal, una leve brizna de esa magia hace que esos impulsos ancestrales se vean despertados en nuestro interior. Un revoloteo de divinidad nos hace sentir que hay algo más allá de lo que nuestros ojos pueden contemplar, algo que palpita en nuestro pecho y genera ondas de felicidad casi inexplicable, desatando en la mente una lluvia fresca de sensaciones mágicas.

 A veces siento ese repentino y perentorio arrebato en mi pecho que me obliga a zarandear todas y cada una de las terminaciones nerviosas de mi mente, para ver si así caen de una vez todos esos frutos abotargados de algunas ideas que aún se resisten a ser paridas. Y es que en ocasiones se quedan ahí colgadas molestamente y es preferible darles rienda suelta, aunque quizás ni uno mismo luego las reconozca como propias y llegue a pensar que está ante una prolongación tentacular de su propia locura hecha palabra o acción. Pero, demonios, qué bien se queda uno cuando al fin ha sacudido todas esas inquietudes y las ha dejado ordenadas con delirante pulcritud sobre el amplio alfeizar que hay donde la ventana de sus emociones.

lunes, 11 de marzo de 2013

UN BREVE REPASO POR ALGUNOS LIBROS Z QUE LEÍ HACE YA ALGÚN TIEMPO.



Fue exáctamente tras haber leído esa transguesora novela de Alejandro Castroguer que es "El Manantial", que se despertó en mí el hambre de realizar reseñas sobre libros. Antes la idea no me cautivaba demasiado, ya bien fuera por la responsabilidad que conlleva el verter una opinión que otros muchos luego puedan tachar de incorrecta o simplemente porque me veía poco experimentado en el arte de reseñar. Sin embargo, una vez superados mis recelos, me di cuenta de que es esta una forma magnífica de exprimir un poco más mis lecturas y sacarles más partido. Por otro lado, también puede servir para, con el tiempo, recordar mejor el sabor que ha dejado en mi cierta obra literaria o incluso para que posibles nuevos lectores se decidan por fin a leer alguna de esas obras.
 Como lector suelo decantarme últimamente por la novela histórica, sin embargo, la ficción, el terror o la fantasía épica siempre me han aportado grandes horas de placer. Dentro de estos géneros, podría considerarse que ya ha nacido un "subgénoro" con vida propia, y utilizo este calificativo no de manera peyorativa, sino todo lo contrario. Estamos hablando del subgénero zombi.

 Hoy día considero dicho subgénero como un terreno perfectamente lícito para desarrollar en él todo tipo de historias, un trasfondo que nos puede ser realmente útil como trampolín de sentimientos, emociones o vivencias. Desde dicha plataforma se pueden contar infinidad de historias, siempre que uno sepa no dejarse arrastrar mucho por fórmulas demasiado rígidas y sujetas a factores que puedan redundar en el tedio de la repetición infinita.
 Pues bien, he aquí que como mi "sana fiebre" de dejar constancia, en forma de reseña, de mis lecturas preferidas, nació más bien hace poco, me he dejado atrás un buen puñado de novelas dentro de este subgénero que ahora me hubiera gustado poder comentar. Como el tiempo ha empañado un poco el recuerdo de esas lecturas, y no las podría ahora reseñar con total justicia, me limitaré en esta entrada a recordar algunas de ellas a base de pequeñas pinceladas.

"Cuando Susanah Llora" De Juan José Castillo.


  Una novela coral que nos aleja de las grandes urbes que suelen servir como trasfondo para la mayoría de estas historias, para llevar la acción a un pueblo donde encontraremos un buen elenco de personajes. Una obra ágil y entretenida, de personajes muy bien construidos y donde hay cabida para héroes y villanos, pero todos ellos muy terrenales. Por su forma de narrar, por las dosis de originalidad y por la capacidad que tiene el autor para hacernos conectar con sus personajes, es una de las obras de este género que mejor sabor de boca me han dejado. Quizás, eso sí, la naturaleza de los personajes hubiera podido dar mucho más juego al autor y al final se me hizo un tanto corta. Podría haberse tal vez exprimido mucho más la idea, pero aún así tal y como está me parece una novela altamente recomendable y entretenida.

"Los Caminantes" de Carlos Sisí (toda la saga).

 Una adictiva saga repleta de personajes de muy diversa índole, acción y grandes dosis de entretenimiento. A estas alturas todos aquellos que se consideren seguidores de este género ya conocen al autor como uno de los precursores del mismo. Su obra presenta muchos elementos ahora considerados clásicos y fundamentales dentro de la temática zombi, pero sus páginas aún conservan cierta frescura por su manera entretenida de narrar los hechos y cierta capacidad de crear empatía con algunos de sus personajes, o por el contrario desprecio hacia algunos otros. Una lectura fundamental para todo aquel que desee adentrarse en el mundo de las novelas de zombis e imprescindible, en mi opinión, para los amantes del género.

"Sherlock Holmes y los Zombis de Camford" de Alberto López Aroca.

Una bocanada de aire fresco a mi juicio totalmente necesaria dentro del género. Considero muy apropiado que de vez en cuando, alternándose con obras un poco más "canónicas" vayan apareciendo otras, como la presente, bastante alejadas de los elementos clásicos. Alberto aprovecha el tirón de la temática para contarnos, como he leído en alguna parte que él mismo dijo, "lo que le da la gana". Y lo hace estupendamente bien, sin desentonar, pero llevándonos por un terreno donde el autor se siente a gusto y conoce en profundidad. Tiene grandes dosis de originalidad en cuanto al marco utilizado como telón de fondo, pero al mismo tiempo sus páginas son casi una guía de obras clásicas de la ficción. La única pega que le he encontrado es que hacia el último tercio de la novela todo se condensa demasiado y aparecen un elevado número de personajes y resulta un tanto difícil asimilar tanta información en tan pocas páginas. No obstante he encontrado que la novela aporta grandes dosis de entretenimiento y está muy bien escrita. Pronto hincaré el diente a otra de sus creaciones "Necronomicón Z", que me espera de forma tentadora en una de mis estanterías.

"Antología Z 3" coordinada por Juan De Dios Garduño y Álvaro Fuentes.

Adquirí este volumen en la librería Nexus 4 de Santander tras una de mis primeras presentaciones. En ella tuve ocasión de conocer a uno de los autores que colaboran en el mismo; "Javier Fernández Bilbao", a quien mando un saludo desde aquí. Devoré el libro en apenas un día. Sus historias son variadas y abunda la casquería, el humor y también los momentos de terror. Es un volumen de lo más completo, donde hay cabida para los momentos más divertidos o la tensión propia del mundo zombi, así como, por su puesto, los festines de vísceras. Desde el antiguo oeste hasta el plató de un canal de televisión, pasando por la lupa de Sherlock Holmes, hay historias para todos los gustos.


"Guerra Mundial Z" de Max Brooks.

Un libro de temática zombi que logra alcanzar cotas de realismo inimaginables. Max Brooks ha conseguido como nadie hacernos creer lo que nos está contando, ya que en muchos casos se aventura a imaginar cómo sería el mundo en una guerra de humanos contra zombis, pero siempre teniendo en cuenta los mecanismos por los que nos regimos hoy día. De esta forma, va labrando unos planteamientos muy bien razonados. La fórmula, bastante atípica, utilizada para narrar los hechos, está alejada de lo que sería la estructura de una novela, ya que lo que hace es relatarnos el transcurso de esa guerra a través del testimonio de varias personas que vivieron el conflicto. Es el personaje de un periodista el encargado de ir recopilando esa información a base de entrevistas a afectados y supervivientes de la tragedia, una vez esta ha quedado ya relativamente atrás en el tiempo. Japón, Corea del Norte, Oriente Próximo, Estados Unidos, Europa, ningún país o continente se libra del bisturí de ese avezado periodista. Un libro que personalmente me ha aportado grandes dosis de entretenimiento e incluso me ha hecho recapacitar sobre algunas cosas, ya que Brooks no desaprovecha la oportunidad para indagar en los mecanismos de algunos sistemas políticos o, por ejemplo, la manera de funcionar de las empresas farmacéuticas.

"Cell" de Stephen King.

Aunque algunos no consideren esta novela una más dentro del género Z, yo pienso, por el contrario, que tiene todos los elementos necesarios para ser catalogada como tal. Es más, fue la primera que leí, si no recuerdo mal, que estaba ambientada en el universo zombi y aún hoy día sigo recordándola como una de las más aproximadas, "en algunos aspectos", al arquetipo creado por George A. Romero. No en vano hay una dedicatoria al mítico director del propio King al principio del libro. Ese ambiente opresivo, esas mareas inmensas de podredumbre andante, esas alegorías a una sociedad idiotizada; todo ello encuentra cabida dentro de este maravilloso volumen. Además hay varios alicientes que hacen que se mantenga la intriga hasta el final y la forma de contagio  es muy novedosa, muy original. Me ha gustado mucho el comportamiento de los podridos, ya que estos van pasando por distintas fases, propiciando así que nuestro interés se mantenga hasta el final. Los personajes son los justos, pero están estupendamente construidos y el autor logra que nos lleguemos a interesar por su pasado, su precario presente y su nada seguro porvenir. La acción se desata ya casi desde el principio y no tendremos tiempo para el aburrimiento, aunque sí ciertos respiros donde la tensión podrá saborearse con más detenimiento. Eso sí, hacia el final de la novela hay cierto comportamiento de los infectados que no terminó de convencerme, es más, llegué a pensar que se le había "ido un poco la pinza al autor". Aún así, es una de las novelas que más me han gustado dentro del género. Ah, y por si no hubiera quedado claro aun con el detalle de la portada, los teléfonos móviles tienen mucho de culpa en todo lo que ocurrirá.

 Estas son solo algunas muestras dentro del rico mosaico que conforma hoy día la literatura de dicho género. Como se puede ver, hay mucho donde elegir.