martes, 29 de enero de 2013

                      RESEÑA DE MARATÓN, DE ANDREA FREDIANI.


Maratón es uno de esos importantísimos acontecimientos del pasado, cuya historia se ha visto fuertemente entremezclada con un montón de aspectos legendarios. La historia nos ha llegado, por tanto, aderezada en buena medida con mitos que la han ido engrandeciendo aún más si cabe. Todos conocemos la hazaña de Filípides, ese infatigable hemerodromo que, según la leyenda, corrió 42 kilómetros tras la famosa batalla de Maratón, con el fin de llegar a Atenas para comunicar la victoria griega sobre los persas, antes de que los traidores a la Polis abrieran sus puertas al enemigo. También cuenta la leyenda que, tras alcanzar su meta y dejar su mensaje, cayó muerto a causa de las heridas sufridas en la batalla. Pero por lo visto, la proeza que sí llevo a cabo el hombre, fue la de salvar la distancia que había hasta Esparta (unos 240 Kilómetros), y en tan sólo dos días, para pedir ayuda en vista del desembarco de los persas.
 Por su puesto, no es mi intención analizar dónde termina la historia y comienza la leyenda. Tan sólo me propongo dejar aquí constancia de las gratas impresiones que me ha dejado el presente libro.


Siempre que nos acerquemos a la historia de las antiguas civilizaciones, esas que protagonizaron una era cuajada de leyendas, podremos comprobar cómo el mito se ve íntimamente ligado a la realidad. En este contexto resulta muy difícil discernir dónde termina lo primero y dónde empieza lo segundo. Sin embargo, al mismo tiempo nos encontraremos un terreno fértil para hacer que germine la semilla de avezados novelistas. 
 Maratón es sin duda uno de esos campos fructíferos, donde plantar la simiente de una apasionante historia novelada. No en vano, la propia Grecia clásica es uno de los periodos más íntimamente ligados a ese halo legendario.
 El autor de la presente novela sabe aprovechar estas circunstancias aquí expuestas. Incluso a la hora de elegir a sus personajes principales, decide exprimir al máximo la variedad que le brinda lo legendario. El encargado de llevar el mensaje crucial hasta Atenas no es solamente uno en este caso, sino tres.  Tres aspirantes a héroe que lucharán entre ellos y consigo mismos, para alcanzar una meta que va mucho más allá del simple cumplimiento de la misión encomendada. Bajo la distinta percepción que tienen cada uno de esos atletas, el autor nos adentra en una serie de disyuntivas y planteamientos existenciales. Contemplaremos a través de la mirada de esos y otros personajes, las ventajas e inconvenientes que puedan plantear los diferentes sistemas políticos y además podremos sentir en nuestra piel el orgullo que inflama el espíritu altamente competitivo de unos atletas. Por tanto, esta no es solo una carrera de fondo cuya finalidad se limite a dar un mensaje de victoria con el que salvar al pueblo ateniense, sino que significa un camino hacia las profundidades de la mente de esos atletas.
 Bajo esta premisa, el autor nos lleva de la mano a un periodo de la antigüedad donde dará comienzo la primera guerra médica.

 La historia comienza unos diez años después de que haya tenido lugar la famosa batalla. Por ese entonces los griegos están a punto de medir nuevamente sus fuerzas contra el terrible y más nutrido ejército persa, en la que será la batalla de las Termópilas. Esquilo, un dramaturgo griego que ha vivido en sus propias carnes la primera confrontación contra los persas, ocurrida en Maratón, recibe la visita de una misteriosa mujer. A partir de ahí ambos rememorarán la historia de esos tres competidores, que lucharon en el mismo bando, defendiendo una misma causa, pero al mismo tiempo rivalizando entre ellos.por conseguir una meta anhelada. Filípides, Eucles y Tersipo deberán exprimir al máximo sus posibilidades para alcanzar el premio que les hará encumbrarse sobre el resto. La gloria absoluta solo puede ser para uno de ellos y por eso habrán de demostrar quien es el mejor, ya no solamente sobre un estadio, sino en el campo de batalla.
 Desde el comienzo de la novela el autor nos aclara el hecho de que, aunque la versión más extendida sobre la proeza posterior a la batalla, lleva el nombre de Filípides, también hay otras fuentes que citan los nombres de Eucles y Tersipo. Cautivado por esta circunstancia, Andréa propone su propia versión novelada, donde otorga el mérito casi de una forma equitativa, para así proponernos una nueva visión de los hechos. Todo ello derivará en una apasionante historia donde veremos cómo se van alternando los momentos épicos con la retrospectiva visión de un Eucles profundamente condicionado por sus complejos. Se ve como un mediocre que nunca logrará arrebatar ningún triunfo a sus dos amigos. Aunque ha sido entrenado para ser bueno en todo, nunca ha llegado a ser el mejor en nada y eso es algo que está poco a poco minando su moral. Ha de conseguir destacar por fin por encima de sus compañeros y en el campo de batalla de Maratón, y en la posterior proeza que habrá de cumplir tras esta, ve por fin su oportunidad.

 Aunque el argumento va siendo desgranado mediante una visión que aborda constantes cambios, que oscilan cronológicamente entre hechos pasados y presentes, he tenido la sensación de que todo está tan bien construido que en momento alguno resulta fácil perderse en el hilo de la historia. Lejos de ello, me ha parecido bastante acertado cómo el autor va tensando y aflojando con atino toda la trama, haciendo que tengamos momentos de descanso y momentos de tensión. Durante los primeros tendremos la ocasión de ver ese mundo apasionante de la Grecia clásica a través de la mirada de unos ciudadanos altamente competitivos, tanto en el aspecto deportivo como en el militar y el político. Así mismo, durante los largos espacios dedicados a analizar la batalla, podremos contemplar todos los detalles de un momento bélico tan importante y decisivo. Aquí nos encontraremos a strategas de la época tan importantes como Temistocles o Milcíades, o el firme polemarco Calímaco. Pero también habrá personajes, como es el caso de Esquilo, que nos plantearán su propia visión, mucho menos apasionada esta por el aspecto militar, y más cercana por el contrario al mundo espiritual implícito en la poesía.

 Una novela muy recomendable sin duda, aunque cabe añadir que la traducción no me ha resultado lo suficientemente cuidada que debiera. En más de una ocasión me he tropezado con alguna palabra que no debería estar ahí, o incluso alguna que quizás faltara. Bueno, algo sin demasiada importancia y que no resta valor a la novela.

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