martes, 8 de enero de 2013


                     RESEÑA DE "EL HOBBIT" DE J.R.R. TOLKIEN.




Con esta lectura he comenzado el presente año 2.013. Como ya comentaba en la anterior entrada, no es ni mucho menos la primera vez que me sumerjo entre las páginas de tan magnífica obra. Sin embargo, cada cierto tiempo siento el perentorio impulso de regresar a ese mundo mágico surgido de la imaginativa mente del escritor británico. Y en esta ocasión, esa misma necesidad se ha visto considerablemente reforzada por la reciente versión cinematográfica del libro.
 Por supuesto, mencionar que esta es simplemente mi visión de una novela que para mí significó muchas cosas en su momento, y que aún hoy día representa buena parte de mi forma de ver la literatura. Por lo demás, no pretendo que dicha visión sea observada más que con los ojos de la curiosidad, pues no soy ni mucho un experto en todo esto, y tan sólo gusto de referir mis impresiones y nada más.
 El hobbit es una novela sencilla, fácil de leer, pero sumamente entretenida para aquellos que gusten de unas horas de fantasía. De hecho, la obra es considerada como un relato infantil apto también para adultos, siempre y cuando estos se acerquen a sus páginas dejando atrás ciertos prejuicios que uno va adquiriendo con la edad, conforme se aleja del aspecto más mágico de su propio ser.  Sin embargo, esto no quiere decir que no haya cabida en sus páginas para momentos épicos, que casi son un preludio de lo que más tarde encontraremos en "El Señor De Los Anillos".




 Tras la intrigante escena inicial, con el inefable mago Gandalf saliendo casi de la nada, para conversar con un tranquilo Bilbo que fuma plácidamente delante de su confortable hogar, nos encontramos de "sopetón" con una docena de enanos más su líder. Una canción frente al fuego, tras una merienda copiosa que se ha solapado con una cena no mucho más frugal, nos da a conocer el propósito de todo. Bilbo se ha dado de bruces con aquello que siempre había tratado de rehuir: una magnífica aventura llena de peligros y sorpresas, elfos, tesoros perdidos e incluso un fiero dragón. A partir de ahí, el desdichado hobbit tendrá tiempo suficiente y motivos de sobra para echar de menos el acogedor regazo de su morada, de ese smial horadado  en una de las colinas de La Comarca. Pero al mismo tiempo el simpático personaje tendrá ocasión de experimentar su parte Tuck, su dosis genética que contiene la esencia aventurera de algunos de sus antepasados. Desde entonces no tendrá tiempo ni de coger uno de sus hasta entonces indispensables pañuelos. Se enfrentará al peligro de los trolls, a las vicisitudes de tempestades que azotan la cima de montañas casi impracticables, de sumergirse en las profundidades de grutas repletas de acechantes amenazas con forma de trasgo o huir de wargos rabiosos de corazón emponzoñado. También sentirá el vértigo de las alturas gracias a las regias águilas o la claustrofóbica sensación de atravesar un bosque donde la luz jamás riega sus entrañas. Y todo ello siempre con la meta última de un mal mucho más inquietante, como promesa eterna de su viaje hacia mundos lejanos.
 Es en cierto modo comprensible que el libro tenga bastantes características de una obra infantil, pues precisamente fue concebida por Tolkien como un cuento con el que amenizar las noches de sus hijos. Tengo entendido que era en fechas navideñas cuando relataba a sus hijos algunos capítulos de la genial historia frente al fuego de la chimenea. Tanto es así, que en principio el autor no tenía en mente que aquello que comenzó siendo una simple frase en un folio en blanco de uno de los exámenes que tenía que corregir, llegara a ser una novela impresa y publicada.

 La acción aquí se desarrolla de manera ágil y los tiempos se ven mucho menos dilatados que en "ELSDA". Cada pasaje es descrito de manera mucho más sucinta y con menos florituras, por lo que la acción, como digo, se acelera y no tenemos esa sensación de que ha transcurrido tanto tiempo durante el periplo de Bilbo y los enanos. Sin embargo, si pudiéramos traducir "El Hobbit" al lenguaje de "ELSDA", nos daríamos cuenta entonces de que en realidad la historia narra realmente una aventura de considerable duración y riqueza.
 Tolkien nos adentra en su mundo imaginario a través de un personaje humilde y sencillo. Hace que sintamos las mismas inquietudes que ese ser llamado Bilbo, tanto las que le aferran a las comodidades de su hogar, como aquellas que le instan a partir en busca de aventuras y vivencias excitantes, junto con un séquito de enanos y su líder. Bilbo representa el portal a través del cual el lector puede visionar La Tierra Media, ya que es el personaje que encarna de alguna forma nuestras facetas cotidianas. A través de sus ojos conoceremos a unos personajes fascinantes y llenos de locura, a unos enanos casi apátridas que regresan a su tierra primigenia para recuperar lo que es suyo, para arrebatárselo a un dragón delante de sus mismas fauces.
 En cuanto al universo interior de cada uno de los personajes, el autor nos da unas pinceladas básicas de cada uno de ellos y a partir de ahí somos ya nosotros quienes encauzamos con nuestra visión la personalidad que les completa. Quizás este sea un tipo de literatura de personajes muy estereotipados, muy arquetípicos, y por ello algunas veces da la sensación de que los mismos son quizás un tanto planos. Pero pienso que en realidad cada uno de esos personajes representa una faceta distinga del ser humano. Por ejemplo, Bilbo, como digo, sería el encargado de acercarnos hasta La Tierra Media bajo la visión de un ser más cotidiano, mientras que el enano Thorin se encarga de transmitirnos un aire más regio y grandilocuente, o el mago Gandalf nos muestra una faceta más mística, aunque bajo una perspectiva afable y amistosa.
 En esta obra el autor apenas indaga un poco más allá de la superficie de sus protagonistas. Bajo mi punto de vista esto no representa una carencia, sencillamente no hubieran encajado de otra forma un tipo de personajes más complejos en una historia de estas características.
 Me gustaría terminar mencionando la circunstancia de que, a pesar de la breve extensión de la obra, me parece que la misma contiene material suficiente como para que el mismo sea aprovechado y exprimido, incluso profundizando en aspectos más bien sugeridos que nos dejan unas cuantas preguntas. ¿Adónde iba Gandalf constantemente cuando abandonaba a los enanos y su "saqueador"?¿Con qué finalidad hacía estos viajes continuos de ida y vuelta? En la obra se esboza algo sobre cierto "nigromante" y los oscuros tentáculos de podredumbre que su negra magia extiende sobre algunos territorios. Al mismo tiempo también se habla brévemente de tiempos remotos y guerras entre enanos y trasgos e incluso se menciona a un tal Azog. Todo ello será aprovechado luego por Peter Jackson para engrosar un poco más su versión cinematográfica, permitiéndose la comprensible licencia de introducir algunos cambios para dar un enfoque un poco más amplio a su adaptación.

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