sábado, 5 de octubre de 2013

RESEÑA DE "EL INVIERNO DEL MUNDO" DE KEN FOLLETT.


 "El invierno del mundo" es la segunda entrega de esa extensa saga conocida como "The Century". Follett retoma nuevamente la historia de esas cinco familias que ya supusieron el portal idóneo para adentrar al lector en esa época convulsa de la primera guerra mundial, en "La caída de los gigantes". Ahora la visión de la que se valdrá, para analizar los horrores de la segunda guerra mundial, serán las vivencias de una generación más joven de esas mismas familias.
 Cabe mencionar que desde la lectura de la primera entrega a la segunda, dejé pasar más de un año. A veces mi pila de lecturas pendientes es larga y, según mi estado de ánimo, doy preferencia a uno u otro género. Al principio pensé que supondría una dificultad el no recordar bien a todos los personajes y todas las familias con sus intrincadas historias. Pues bien, he aquí que la maestría de Follett, a la hora de desplegar nuevamente su arsenal de personajes y tramas, logra adentrarnos con sublime sencillez en el mismo epicentro de la historia que nos cuenta, sin que nos ofusquemos o sintamos mareo en momento alguno. Al instante de comenzar la novela fui recordando con asombrosa familiaridad, como si de viejos conocidos se tratara, a todos y cada uno de sus personajes. Follett logra que uno se sienta dentro de la historia, que comparta pálpitos y vivencias con los seres humanos que pueblan sus obras. Es un escritor que, en mi opinión, logra trasladar los impulsos básicos de nuestro mundo a una narración fluida y muy realista. Primer punto positivo, por tanto, que encuentro en esta gran novela.
 Otra habilidad de este escritor es la de saber enredar a uno hasta la médula en la trama que nos va desplegado. Es todo un genio a la hora de ir esparciendo sabrosos anzuelos por todas partes, dejarnos saborearlos durante un buen rato, para luego retirar el sedal y llevarnos hasta otro punto de la historia igualmente atractivo. Poco a poco arrastra al lector a través de cientos de páginas, consiguiendo que nuestra atención no se disperse en modo alguno. El interés, al menos en mi caso, en aquello que nos relata, se mantiene en todo momento al máximo. Y lo hace mediante una prosa sencilla y directa, pero al mismo tiempo correcta. No es de esa clase de escritores, también queridos por mí, que hacen uso de una narrativa profunda, y sin embargo, consigue igualmente grandes golpes de efecto sentimental. Para un tipo de obra tan extensa, considero la fórmula por él utilizada de lo más efectiva y adecuada. 
 El autor va mostrando, a base de pinceladas bien construidas, el sentir y la manera de pensar o proceder de una época muy complicada dentro de nuestra historia. Va tendiendo una compleja urdimbre de tramas que nos atrapa, pero que al mismo tiempo nos va ofreciendo las claves idóneas para comprender el periodo histórico abordado. Se vale también, en momentos clave, de personajes reales de notable importancia o de acontecimientos cruciales que tuvieron lugar dentro de ese lapso temporal. Sin dispersarse peligrosamente en cada uno de esos acontecimientos, va mostrando el progreso de esa era belicosa y sangrienta. El alzamiento del nazismo con muchas de sus claves fundamentales, los primeros compases de esa terrible guerra y la paulatina implicación de las potencias mundiales en la misma, la tensión extrema en la política y el sentir social y un sinfín de etecéteras, nos van mostrando la realidad flagrante de la época. Conoceremos a grandes rasgos cómo fue el alzamiento de Hitler, presenciaremos el incendio del Reichstag, el bombardeo de Pearl Harbor, algunos momentos de la guerra civil española, los bombardeos de Londres durante el denominado Blitz, la guerra relámpago Nazi con el uso de sus temidos Panzer, el desarrollo de la bomba atómica y, como digo, un largo etc de episodios cruciales durante la Segunda Guerra Mundial. También habrá un espacio importante para la subrepticia pero omnipresente guerra de espionajes entre las grandes potencias implicadas.
 Como la historia se desarrolla a partir de esas cinco familias, y luego va girando en torno a ellas, tendremos ocasión de abordarla desde puntos de vista muy distantes geográficamente. Puede que en el plano ideológico no difieran tanto esas visiones, pues, aunque los ojos con los que vemos la acción estén dispersos por el mundo en lugares muy diferentes, con sus distintos sistemas políticos, sus sentires y pesares son muy parecidos. Es decir, si nos olvidamos del particular enfoque ideológico de cada personaje, nos quedaremos en que, básicamente, muchos de ellos comparten algo en común: el deseo de una vida infinitamente más tranquila. Tan sólo quieren prosperar y llevar adelante a sus familias, sólo que les ha tocado vivir una época verdaderamente difícil. Una era esencialmente belicosa.
 Eso sí, me ha parecido que quizás se haya en esta segunda entrega tendido más a lo humano que a lo histórico. Por supuesto, no soy un experto en la materia ni mucho menos, tan sólo un simple aficionado, pero es cierto que he notado cómo en algunos momentos importantes pasaba de puntillas, otros simplemente no los abordaba y a algunos les daba una visión completamente oficial, sin aventurarse a profundizar un poco más allá. Por el contrario, se me hizo patente que el autor dedica más tiempo y páginas en analizar el contexto familiar de sus personajes, ahondando mucho en sus relaciones afectivas o detallando su estado emocional. No veo que esto sea ni bueno ni malo, simplemente dejo constancia de ello.
 En resumen, la novela es una oportunidad de acercarse un poco a ese tiempo convulso y conocer algunos de sus aspectos más destacados, y de una forma de lo más amena y sencilla. Por mi parte, espero ya con ansia esa tercera entrega de la saga, que en este caso abordará la guerra fría. 








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