Aunque
“Instinto de superviviente” es una novela que ya leí a
principios de este año, la historia que narran sus páginas
aún permanece bastante fresca en mi memoria. Como le he ido
cogiendo el gustillo durante las últimas semanas, a esto de
reseñar, he pensado que sería justo hacer lo propio con
la obra de Darío Vilas, que tan buenas horas de
entretenimiento me proporcionó en su día.
Darío,
según le he oído confesar a él mismo, es un
escritor que suele sentirse más cómodo en el formato de
relato corto. Le encanta la magia que encierran esos finales que son
el punto fuerte del cuento corto, el momento en el que
definitivamente se pondrá de manifiesto si la historia es
buena, mala, o simplemente del montón. También le gusta
mucho jugar al despiste, conducir al lector por senderos argumentales
a su antojo, para quizás distraerle de algunas cosas que se
reservará “traicioneramente” para el final. Bajo estas dos
premisas ha llevado a cabo la elaboración de una novela que,
aunque corta, tiene exactamente todo lo que necesita para ser una
buena obra, sin que nada falte ni nada sobre. Con mucha intensidad.
Tal vez al principio de Instinto de Superviviente pueda parecernos
que estamos ante una novela al más puro estilo clásico,
dentro del género al que nos referimos. Nada más lejos
de la realidad. Esa impresión pronto se desvanece, al mismo
ritmo que ante nuestros ojos va tomando forma la verdadera esencia de
la historia.
Esta es una novela que habla principalmente de, según
he creído entender, los laberínticos cauces de la mente
humana y la forma en que algunas circunstancias pueden causar ciertas
secuelas en algunos intelectos. Por tanto, cabe resaltar el carácter
de tipo humano y psicológico que impregna el libro. Puede que
dicho así parezca un tanto más complejo de lo que en
realidad es, pero prefiero no arriesgarme a cometer spoiler, y dejo
por tanto un poco ambigua la explicación. De este modo nos
encontramos frente a la historia de dos personajes, Damián y
Andrés, quienes, sumidos en la confusión y el horror
que ha sembrado un holocausto zombie en su ciudad, se ven obligados a
buscar escapatoria, dado que ha llegado el momento en que quedarse
encerrados en su refugio resulta del todo inviable. Durante esos
primeros capítulos ya vamos intuyendo que algo chirría
en nuestro inconsciente, gritándonos encarecidamente para que
nos demos cuenta de una realidad, que hasta el final de la novela no
nos será totalmente revelada. Debo confesar que mientras
leía, preferí entrar por voluntad propia en el juego de
Darío. Me sentí más cómodo dejándome
engañar un poquito, siendo simplemente un observador que se
deja llevar, para disfrutar del resto de atractivos que el narrador
va desplegando página tras página. Y es que también
encontraremos suficientes alicientes en toda la novela, como para que
nunca lleguemos a sentirnos aburridos. No faltarán durante la
huida de los personajes, hacia un hipotético mejor lugar, los
acostumbrados momentos de tensión e incertidumbre que tanto
caracterizan a las novelas de este género. Esto propiciará
aún más nuestro despiste, que como he dicho en muchos
casos puede estar en cierto modo consentido por el propio lector, y
hará que nos dejemos cautivar por una historia donde la
emoción y las sorpresas nunca faltan. Una buena innovación
dentro del género son los llamados faros. Simplemente diré
que son un tipo de criatura que cumple unas funciones distintas que
el resto de zombies, pero que al fin y al cabo tienen un propósito
tan poco inocuo como el de éstos. Y por último está
el plato fuerte de la obra, su final, que al igual que en los relatos
cortos, resuena como un redoble esclarecedor y sorprendente. Aunque
en las últimas páginas podamos entrever una rendija
entreabierta a una secuela, y aunque sepamos ya que habrá más
novelas relacionadas con esta, me gustaría mencionar que el
libro puede perfectamente funcionar como obra autoconclusiva. Por
tanto será del agrado tanto de lectores ocasionales, como de
aquellos que quizás quieran profundizar un poco más en
los universos de Darío. En definitiva una novela intensa,
sorprendente y entretenida, apta tanto para aficionados al género
como para personas que simplemente se quieran asomar un poco a este
mundillo por curiosidad.
Una excelente novela que no dejare de recomendar. No penseis que es una novela Z mas. Es mucho mas que zombies. Aqui, estos seres estan de adorno.
ResponderEliminarNo se hace aburrida en ningun momento y los personajes y situaciones se te quedan gravados en la memoria.
En definitiva, una buena compra. En serio, este escritor no defrauda
(Si os gusta esta novela leed sus relatos. Son brutales)
Coincido. Conozco bien a Darío, y como escritor es alguien que no busca lo tópico, sino que profundiza más allá. Sus historias tienden a ahondar en la psique humana, y esta vez no es una excepción. Y esperad, porque la segunda parte (que en realidad es una precuela), Lantana, promete ser aún más 100% Darío Vilas.
ResponderEliminarComo curiosidad, tengo el honor de poder participar en este libro, firmando el prólogo. :)
No conocía al autor, y me apuntaré la novela. Me gustan las historias que ahondan en lo psicológico, y además todas estas historias de zombies me han dado bastante buenos ratos de entretenimiento en los últimos meses.
ResponderEliminarMuy buena tu reseña :) Saludetes!!
Muchas gracias, Rober. Me alegra que te aporten entretenimiento este tipo de novelas. Saludos.
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