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sábado, 1 de octubre de 2011
Esclavo de mis miedos. Prisión que oprime mi voluntad.(27/02/2010)
Una vez que el miedo ha calado hondo en tus entrañas, es muy difícil poder desterrarlo de ahí. A partir de ese momento, será tu peor verdugo en las noches de frío y soledad, impedirá que puedas avanzar, saboteará una y mil veces todos tus planes y proyectos, y coartará tus movimientos, sean cuales sean, y para lo que sean. No dejará que puedas respirar un sólo momento, no habrá paz en tu corazón, y jamás podrás encontrar la respuesta que apacigüe todas esas angustias que te carcomen el alma, que sofocan la llama de tu voluntad. El miedo, a veces es buen consejero, pero cuando llegas a ser esclavo de sus directrices, tan solo alimentará tus dudas, y será el abono perfecto para que puedan medrar los campos, donde han de pastar todos los demonios que te acompañan. Si alguien llega alguna vez a leer estas palabras, tal vez pueda comprender a lo que me refiero, pues ese miedo dañino y cruel, no es ajeno por desgracia a humano alguno que sienta y padezca los impulsos de nuestra especie. Mientras no consigas vencer tus miedos, los demonios seguirán danzando a tu alrededor, y las noches serán por siempre, una interminable sucesión de pesadillas.
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