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domingo, 15 de mayo de 2016

Carreteras solitarias en la noche. Más ingredientes para "Invocación pagana".



En la soledad de la noche, algunas carreteras poco concurridas nos ofrecen un escenario a menudo inquietante. Abundan las sombras en los rincones, cuyas siluetas se alargan, deforman y proyectan sobre el asfalto o los matorrales de las lomas, donde nunca se sabe qué criatura puede permanecer agazapada. Los faros de nuestro vehículo son capaces de producir esta suerte de efectos que, en ocasiones, pueden jugarnos una mala pasada. La superficie reflectante de los carteles indicativos destella bajo el efecto de los mismos y nos devuelve un resplandor capaz de despertar recelos escondidos en lo recóndito de nuestro subconsciente. 
Abundan los testimonios de personas que aseguran haber contemplado cosas en mitad de una de estas vías a altas horas de la noche. Experiencias que los sobrecogieron y marcaron de por vida. Quizá en muchas de esas vivencias los miedos más atávicos jueguen un papel determinante. La sugestión es muy poderosa, sobre todo en determinadas circunstancias y en entornos muy concretos. Sin embargo, pienso que no todas esas historias pueden explicarse a través de estas premisas. A muy seguro que los "fantasmas" de la propia mente, en forma de miedos ancestrales y recelos escondidos, pueden a menudo proyectarse sobre el escenario de la realidad que nos rodea, pero en otras muchas ocasiones quizá se esconda algo mucho más "tangible"tras esas visiones.
Siluetas con forma humana cuya corporeidad se diluye en la oscuridad de la noche de cintura para abajo. Personas salidas de la nada que parecen observar el avance de nuestro vehículo desde el arcén, a veces incluso con una de sus manos alzadas en una suerte de advertencia o saludo capaz de helar la sangre. Grupos de gente ataviados con atuendos pasados de moda o inapropiados para esas horas y esa fecha, en ocasiones desprovistos de facciones, en cuyo lugar sólo se aprecia una oquedad vacua, un desgarrón más opaco que la noche. El semblante de una anciana desconocida que nos mira desde el asiento posterior de nuestro propio coche y cuyo reflejo devuelve el espejo retrovisor que tenemos a la izquierda.
 Para la novela "Invocación pagana", no he dudado en recabar información relativa a este tipo de experiencias, rescatar de entre mis recuerdos algunos de esos testimonios que alguna vez escuché en programas de misterio o incluso aportar mis sensaciones personales al respecto.
 Hay multitud de relatos con nombre y apellidos de los que empaparse, a cada cual más escalofriante. Y de ellos precisamente he bebido para luego recrear mis propias experiencias, siempre desde el respeto, por supuesto, pero procurando capturar esas dosis de miedo para encapsular luego su esencia en medio de la narración.  No se trata de "volcar" esas historias directamente en el libro, sino de captar, en la medida que me fue posible, su esencia y luego generar otro tipo de vivencias similares en el terreno de la ficción.

Para más información sobre la novela:

 http://ellatidodelucifer.blogspot.com.es/2016/04/invocacion-pagana.html


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