Apasionante y enriquecedora, así me ha parecido la última novela de este infatigable periodista, de este pertinaz investigador de lo misterioso. Apasionante por las claves que nos desvela en sus páginas. Enriquecedora por el despliegue artístico que el "maestro" irá poco a poco analizando minuciosamente ante nuestra atenta mirada. Un recorrido fascinante por algunas de las obras más carismáticas del museo del Prado, e incluso algunas otras que se encuentran en otros lugares.
La novela arranca ya con una poderosa llamada de atención dirigida directamente al inconsciente del lector. ¿Estás preparado para sumergir tus sentidos en algunas de las obras más repletas de significado de la historia, para perderte durante minutos en cada pincelada, en cada detalle de esas pinturas y conocer algunas claves allí ocultas? Seguramente sí, pues como asevera "nuestro excepcional guía", el que nos conducirá de la mano a través de este vergel inmenso de sabiduría, todo buen maestro llega siempre cuando su alumno está preparado, con los ojos bien abiertos, para recibir dichas lecciones. De cualquier manera conviene permanecer atento, con los sentidos alerta, en cada palabra, en cada explicación. Algunas veces habrá nombres, personajes que quizás no nos resulten demasiado familiares. Al menos, no a todos los lectores. Pero pronto comenzaremos a sentirlos mucho más cercanos. Esos personajes están todos ellos ligados íntimamente por un nexo en común, que hará de esta historia un mapa lleno de conexiones que nos irá conduciendo a unos mensajes muy concretos.
La novela no rebosa acción. Está un tanto alejada de esas azarosas y accidentadas carreras de fondo en busca de respuestas y huyendo de peligros, al que nos tienen acostumbrados en algunas obras de signo parecido. Aunque sí habrá algunas pinceladas de tensión bastante significativas que aderezarán la obra deliciosamente. Sin embargo, la historia en sí ya es lo bastante atractiva y cautivadora como para que no echemos en falta ese derroche de acción antes mencionado.
Nos acercaremos a numerosas figuras de considerable relevancia en la historia de los últimos siglos de la humanidad. Hundiremos nuestros pies a veces en aguas muchos más profundas, en tiempos más remotos y olvidados. Conoceremos la conexión que hay entre esos personajes, algunos de ellos pertenecientes a la realeza de uno de los grandes imperios de la historia, y esas grandilocuentes obras pictóricas. Y, por supuesto, averiguaremos cuál es la "argamasa" común que une ideologicamente a todos estos personajes y estos conecptos.
Y hay algo más. Siempre ronda sobre nuestras mentes una extraña sensación. Una especie de pálpito, una lucidez misteriosa que nos avisa de algo. Debo admitir que Javier Sierra es un maestro a la hora de tocar ciertos resortes emocionales. Sabe accionar los contactos adecuados con su prosa, aquellos que activarán una especie de sexto sentido en sus lectores.
Una novela entretenida, con la que además tendremos ocasión de contemplar ciertas obras de arte desde una nueva perspectiva.
Y hay algo más. Siempre ronda sobre nuestras mentes una extraña sensación. Una especie de pálpito, una lucidez misteriosa que nos avisa de algo. Debo admitir que Javier Sierra es un maestro a la hora de tocar ciertos resortes emocionales. Sabe accionar los contactos adecuados con su prosa, aquellos que activarán una especie de sexto sentido en sus lectores.
Una novela entretenida, con la que además tendremos ocasión de contemplar ciertas obras de arte desde una nueva perspectiva.
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