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miércoles, 5 de octubre de 2011

Fruto de una noche de pesadillas apocalípticas (27 Mar, 18:22)

Tiempos convulsos para un espíritu agitado que busca metas lejanas. El agotamiento te hace sentir los pensamientos como un lastre que no puedes arrojar. Ellos son el equipaje que siempre has de portar a tus espaldas. Las sombras de un millón de dudas proyectan sobre tu mente tortuosa, las necias efigies de la desolación. Pero el latido de una canción vibra con energía en tus entrañas, bombeando sangre a tus miembros entumecidos por el sopor de la incertidumbre, alimentando la fuerza que aún yace dormida dentro de tu ser. Como un león atrapado te alzas por fin, rompiendo el cerco opresivo de esos temores que en torno a ti se arremolinan. Con uñas y dientes defenderás ahora tus ansias de conquista, tu afán de llegar a la cumbre que desde tanto tiempo atrás llevas queriendo coronar. No habrá duda ni temor que hagan arredrar tu valor, y ese latido que ahora marca el ritmo de tus pasos, no se dormirá jamás, porque avanzas con el ímpetu de una fiera desatada. El filo de tu fuerza sesgará todas esas sombras emponzoñadas que han intentado subyugar tu voluntad. Los terrores del pasado ya no pueden alcanzarte, porque han sido sepultados por la rotunda energía del presente. Tú esencia se ha fundido con la magia y nada ni nadie podrá detener tus pasos hacia la gloria. Eres el jinete que cabalga sin descanso, portando en la grupa de su caballo a una dama que desliza sus secretos poderosos en tu oído, mientras tu mirada arrasa con el fuego de sus pupilas todo aquel enemigo que ose cruzarse en tu camino. De entre un mar de brumas surgirá la figura imponente que traerá consigo el azote que hará temblar los pilares del mundo. 

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