sábado, 31 de mayo de 2014

Reseña de "Hellraiser" de Clive Barker.


  Cuando se buscan desesperadamente nuevas formas de estimular los sentidos, quizás no tenga uno en cuenta lo relativo que puede ser la percepción de las realidades. Uno de los protagonistas de esta historia ha cometido el error de no tener en consideración semejante premisa. Su afán de explorar nuevos caminos en busca de placeres, le ha llevado a cometer una gran estupidez; la de adentrarse en un territorio desconocido sin meditar antes las posibles consecuencias.
 Clive Barker ha creado uno de los universos más aterradores que pueda concebir mente humana alguna. Un horror epidérmico que traspasa los límites de la cordura, para aguijonear nuestros sentidos de manera descabellada e intensa. Los Cenobitas son, a mi juicio, una creación sublime y rebosante de significado. Son criaturas de otro plano y, por tanto, sus mentes vibran a otra frecuencia. No perciben la realidad de la misma manera que nosotros, y consideran el placer desde unas perspectivas bien diferentes. Tanto, que donde ellos encuentran deleite, nosotros sólo observamos dolor, sufrimiento y angustia. Su aspecto físico, esa carcasa orgánica que les aporta corporeidad es, además, sencillamente estremecedora. Está en total consonancia con lo que bulle en sus cerebros. El autor nos deleita con unas descripciones bien detalladas, pero en absoluto recargadas, de la apabullante fisonomía de sus creaciones, de esas presencias demoníacas. Nos transmite a la perfección lo espantoso que ha de ser contemplar a una de esas divinidades oscuras.
 La historia está narrada sin demasiadas complicaciones, lo que para mí representa otro acierto. Un personaje que busca, con desmesurado anhelo, algo que aporte placer a su vida, que le haga sentir nuevamente emociones intensas, será uno de los portales para adentrarnos en el relato. Es un hombre que ha experimentado constantemente, sin dudar nunca en traspasar límites aberrantes. Ahora, hastiado ya por completo de los placeres terrenales, ha decidido ir un poco más lejos. Hace años que conoce la historia de una especie de "llave" con la que, si muestra el ingenio suficiente, podrá acceder a otro plano de la realidad. Allí le esperan, según le han informado, horas de gozo extremo y océanos de sensaciones. Sin embargo, como ya he dicho, quizás lo que esas "divinidades" entienden por placer no sea exáctamente lo que el hombre esperaba.
 La novela es de ágil lectura. Su prosa denota  visceralidad, con frases contundentes pero sin perder la elegancia de una buena prosa. Se profundiza en la personalidad de sus personajes desde un punto de vista muy humano, desnudando su carácter y mostrándonos la vileza que anida en sus almas o, en algunos casos, la bondad. Para ello se vale de las mundanas relaciones entre todos ellos, desplegando diálogos y vivencias algo más familiares para que el lector pueda comprender lo que bulle en sus mentes. Nos muestra sus miedos, sus inquietudes y sus afanes. Para ambientar las escenas no duda en recurrir a los terrores atávicos: tormentas en la noche, cuartos sumidos en la penumbra o inquietantes sonidos sobre las tablas del suelo.
 Una obra cargada de tensión que aportará horas de entretenimiento a los amantes del género.

domingo, 11 de mayo de 2014

Reseña de "El Maestro del Prado" de Javier Sierra.


 Apasionante y enriquecedora, así me ha parecido la última novela de este infatigable periodista, de este pertinaz investigador de lo misterioso. Apasionante por las claves que nos desvela en sus páginas. Enriquecedora por el despliegue artístico que el "maestro" irá poco a poco analizando minuciosamente ante nuestra atenta mirada. Un recorrido fascinante por algunas de las obras más carismáticas del museo del Prado, e incluso algunas otras que se encuentran en otros lugares.
 La novela arranca ya con una poderosa llamada de atención dirigida directamente al inconsciente del lector. ¿Estás preparado para sumergir tus sentidos en algunas de las obras más repletas de significado de la historia, para perderte durante minutos en cada pincelada, en cada detalle de esas pinturas y conocer algunas claves allí ocultas? Seguramente sí, pues como asevera "nuestro excepcional guía", el que nos conducirá de la mano a través de este vergel inmenso de sabiduría, todo buen maestro llega siempre cuando su alumno está preparado, con los ojos bien abiertos, para recibir dichas lecciones. De cualquier manera conviene permanecer atento, con los sentidos alerta, en cada palabra, en cada explicación. Algunas veces habrá nombres, personajes que quizás no nos resulten demasiado familiares. Al menos, no a todos los lectores. Pero pronto comenzaremos a sentirlos mucho más cercanos. Esos personajes están todos ellos ligados íntimamente por un nexo en común, que hará de esta historia un mapa lleno de conexiones que nos irá conduciendo a unos mensajes muy concretos.
 La novela no rebosa acción. Está un tanto alejada de esas azarosas y accidentadas carreras de fondo en busca de respuestas y huyendo de peligros, al que nos tienen acostumbrados en algunas obras de signo parecido. Aunque sí habrá algunas pinceladas de tensión bastante significativas que aderezarán la obra deliciosamente. Sin embargo, la historia en sí ya es lo bastante atractiva y cautivadora como para que no echemos en falta ese derroche de acción antes mencionado.
 Nos acercaremos a numerosas figuras de considerable relevancia en la historia de los últimos siglos de la humanidad. Hundiremos nuestros pies a veces en aguas muchos más profundas, en tiempos más remotos y olvidados. Conoceremos la conexión que hay entre esos personajes, algunos de ellos pertenecientes a la realeza de uno de los grandes imperios de la historia, y esas grandilocuentes obras pictóricas. Y, por supuesto, averiguaremos cuál es la "argamasa" común que une ideologicamente a todos estos personajes y estos conecptos.
 Y hay algo más. Siempre ronda sobre nuestras mentes una extraña sensación. Una especie de pálpito, una lucidez misteriosa que nos avisa de algo. Debo admitir que Javier Sierra es un maestro a la hora de tocar ciertos resortes emocionales. Sabe accionar los contactos adecuados con su prosa, aquellos que activarán una especie de sexto sentido en sus lectores.
 Una novela entretenida, con la que además tendremos ocasión de contemplar ciertas obras de arte desde una nueva perspectiva.